Se ha desmantelado una organización criminal dedicada a la manipulación y desbloqueo de teléfonos iPhone robados. La trama se descubrió tras un mensaje que circulaba a través de una plataforma conocida como "i-Server", el cual informaba a las víctimas sobre la geolocalización de sus dispositivos sustraídos. El mensaje incluía un enlace que instaba a los usuarios a ingresar sus credenciales de Apple, lo que resultó ser una trampa diseñada para desbloquear masivamente los teléfonos robados, que posteriormente eran vendidos en el mercado negro.

El operativo que llevó a la captura de los responsables fue coordinado por los fiscales Paloma Ochoa y Horacio Azzolín, de la unidad de Cibercrimen. La investigación culminó con la detención de Iván Cudde, de 33 años, considerado el líder de la banda, así como de al menos otros cinco individuos, entre los que se encontraban ciudadanos de Perú, Uruguay y Argentina.

La organización, aunque montada en Argentina, tenía un alcance internacional, afectando a víctimas en diversos países como Colombia, Uruguay y España. Cabe destacar que el líder de la banda ya había enfrentado la justicia en mayo de 2023, recibiendo una condena de tres años de prisión en suspenso por delitos relacionados con phishing y extorsión. En caso de ser hallado culpable en este nuevo proceso, se prevé que cumpla ambas condenas unificadas.

La plataforma "i-Server" fue diseñada para generar mensajes de texto que simulaban provenir de Apple Inc., informando a los propietarios de los teléfonos robados sobre su ubicación. Los mensajes contenían un enlace que redirigía a un sitio web falso donde las víctimas, engañadas, ingresaban sus credenciales de iCloud, permitiendo así el desbloqueo del dispositivo de forma ilícita.

Además del acceso a los teléfonos robados, la organización cobraba una tarifa en dólares por sus servicios. Los costos mensuales eran de aproximadamente USD 120, lo que facilitaba la reventa de los dispositivos en un mercado donde, sin este servicio, los iPhones perdían considerablemente su valor, ya que no podían ser reutilizados.

Ante la gravedad de la situación, el juez Daniel Rafecas ordenó la realización de 12 allanamientos simultáneos en la Ciudad de Buenos Aires y en las provincias de Córdoba y Santa Fe. Durante estos operativos, la Gendarmería Nacional logró el secuestro de 700 celulares, además de computadoras, dinero en efectivo, cuentas de criptomonedas, un arma de fuego y vehículos. Asimismo, se clausuraron dos locales comerciales vinculados a la actividad delictiva.

Los detenidos han sido indagados y se les han imputado múltiples delitos, incluyendo fraude, acceso ilegítimo a sistemas informáticos, violación de la ley de marcas, encubrimiento, asociación ilícita y averiguación por lavado de activos. Actualmente, todos los implicados se encuentran bajo custodia del Servicio Penitenciario Federal, mientras la investigación continúa bajo la supervisión de los fiscales Ochoa y Azzolín.