El Gobierno cuestionó las imágenes del gendarme Nahuel Gallo que difundió el chavismo. "Es una puesta en escena", afirmó Fernando Soto, director del Ministerio de Seguridad, y Patricia Bullrich habló de "una pantomima del régimen". Soto consideró el caso una desaparición forzada y un delito de lesa humanidad, destacando que nunca se permitió contacto con Gallo, quien fue detenido de manera arbitraria. 

Por su parte, Bullrich dijo que no aceptan "ningún juego" sobre la aparición del gendarme. Aunque Venezuela accedió a mostrar una "fe de vida", Bullrich insistió en que Argentina solo aceptará su retorno al país. El Gobierno venezolano acusa a Gallo de espionaje, pero él tenía autorización oficial para un viaje vacacional. 

La administración de Milei tilda el secuestro como una "violación grave de derechos humanos" en la Corte Penal Internacional, mientras Cancillería reafirma el uso de recursos para proteger a Gallo.