El jefe de la Policía Metropolitana, Eugenio Burzaco, destacó haber podido “sacar a la calle” la fuerza creada por la gestión de Macri, que ya trabaja en la gran mayoría de los barrios de la comuna, con proyección a extenderse en las zonas más difíciles, al sur de la ciudad.

De visita en los estudios de Continental, el funcionario consideró que “la recepción de la gente es muy buena y demuestra que este modelo de agentes cercanos a los vecinos funciona bien”.

Burzaco hizo hincapié en la necesidad de trabajar en “las áreas más desprotegidas como, por ejemplo, la violencia de género”. Asimismo, destacó el ámbito específico creado por la Corte Suprema para atender este tipo de delitos.

“Hicimos cursos internacionales en España sobre violencia doméstica”, remarcó.

La droga “es un elemento clave, porque no sólo aumenta la cantidad de delitos sino que lo hace más violento”, señaló la cabeza de la policía porteña.

En ese sentido, advirtió que el consumo de paco lleva a “prostitución, venta de drogas y delitos concretos” por la necesidad de conseguir dinero para solventar la sustancia. “Hay romper ese círculo vicioso”.

Un año en la calle. “Llevamos más de 400 delincuentes apresados en total, más del 90 por ciento por delitos no transferidos a la ciudad. Esto es, nosotros actuamos más allá de la jurisdicción a la que pertenezca el hecho”, señaló Burzaco.

Traspaso de competencias de nación a ciudad. El jefe de la Metropolitana se mostró esperanzado en que “este compromiso se cumpla”.

“La tecnología para nosotros es clave: instalamos 600 cámaras en la ciudad de Buenos Aires en calles, parques y distintas entradas y salidas de la comuna. Además, nuestros vehículos también poseen cámaras, en caso de que se cometa alguna irregularidad dentro del patrullero”, precisó Eugenio Burzaco.

“Nuestra idea es llegar a 3.000 policías a fin de año; es poco, la ciudad necesita 12.000 en la calle. La Superintendencia Metropolitana tiene 14.000 policías pero el gran problema es que muchos están cuidando jueces, políticos, edificios públicos, fiscales. Eso hace que en vez de estar en la calle estén en otro lado”, dijo.