Productores de fruta del Alto Valle de Río Negro aguardan una respuesta del gobierno nacional a sus reclamos de asistencia financiera, mientras mantienen cortes en las rutas de la región.

El protesorero de la Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén, Juan Carlos Sacheri, protagoniza uno de los bloqueos, en el puente entre Centenario y Cinco Saltos

Sacheri precisó que la producción frutícola es la principal economía en Río Negro; también es muy importante en Neuquén. Los productores del sector exportan 800 millones de dólares al año y viven de esta actividad, en forma directa, 60 mil familias.

“Es un negocio orientado a la exportación hacia los mercados más exigentes del mundo”, remarcó el productor y advirtió que la actividad “depende muchísimo del tipo de cambio y acumulamos un retraso muy grande a través del tiempo; perdemos competitividad a pasos agigantados. Perdemos mucha competitividad año a año, alrededor de un 20 por ciento”

Los principales mercados donde Argentina coloca estos productos son Brasil, Comunidad Económica Europea, Estados Unidos y diferentes mercados asiáticos.

Sacheri detalló que en Europa el kilo de peras o manzanas tiene un valor de 20 pesos argentinos, mientras que “lo que percibe el productor es alrededor de 0,80 centavos (argentinos) por kilo de fruta”.

“Necesitamos recuperar la competitividad para seguir produciendo y exportando. No tenemos problemas de ventas, nuestra fruta es muy apreciada y demandada. Pero el precio que percibimos en dólar no es despreciable pero no llegamos a cubrir costos cuando traducimos las cifras a pesos”, señaló en La Vuelta.

“Hay un menú de medidas que pueden tomarse para subsanar esto. Puede ser algún beneficio impositivo que permitan compensar ese desequilibrio”, dijo y agregó que el sector “tributa unos 200 millones de dólares al año al gobierno nacional”.

La actividad frutícola está grabada por un 5 por ciento de retenciones.

“Los supermercados son los que compran el 75 por ciento del consumo interno de frutas frescas; tienen un poder de demanda muy grande y pagan valores muy bajos por la caja de fruta terminada cuando en la góndola los precios se han hasta triplicado”, dijo.

“Trabajamos junto al Ministerio de Agricultura desde hace años para aminorar los efectos cíclicos que se dan en nuestro sector. Pero esta relación, en el último tiempo, se desvaneció. Lo único que nos queda es pedirles a los gobernadores de las dos provincias que se pongan a la cabeza del reclamo”.

“Nosotros dependemos mayoritariamente de los trabajadores golondrinas”, admitió Sacheri. En ese sentido, afirmó: “si no le damos un lugar digno para desempeñar su actividad, el trabajador no vuelve. Hay mucho control para que esta gente entre en nuestra zona”.