El pasado fin de semana, el club El Talar emitió un comunicado en sus redes sociales en el cual se denuncian hechos de acoso y violencia de género que involucraron a su equipo de baloncesto femenino. Las jugadoras relataron que fueron grabadas sin su consentimiento por un individuo que utilizaba un teléfono móvil mientras se cambiaban y se duchaban en un vestuario ubicado en el Club Náutico Avellaneda, en Rosario. 

El incidente ocurrió cuando, tras unos minutos de estar en el vestuario, algunas de ellas se encontraban en el proceso de ducharse y otras esperando para hacerlo. En ese momento, observaron un brazo que sostenía un celular negro que sobresalía por encima de la pared divisoria entre los vestuarios masculino y femenino. El dispositivo apuntaba hacia las duchas y los cambiadores, donde se encontraban las doce jugadoras. 

Las jugadoras dieron aviso inmediato a sus dirigentes, quienes, a su vez, contactaron a las autoridades del Club Náutico. A partir de este aviso, se revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad del club, donde se observó a un individuo de comportamiento sospechoso que entraba y salía del vestuario en cuestión. 

Luciana Delabarba, una de las jugadoras que se percató de la situación, relató cómo identificó la presencia del brazo que sostenía el teléfono. Ella enfatizó la necesidad de bajar el volumen de la música que estaban escuchando, ya que no comprendía completamente lo que estaba sucediendo y tenía conocimiento de que el vestuario contiguo era masculino. Entre las afectadas se encontraban jugadoras menores de edad. 

A la espera de confirmación a través de las imágenes de las cámaras de seguridad, se presume que el responsable de grabar a las deportistas podría ser un socio del club local, quien también sería menor de edad.