La infame Tsar Bomba sigue siendo el explosivo más poderoso jamás detonado por la humanidad, con 1.570 veces la energía combinada de las bombas nucleares de Hiroshima y Nagasaki que terminaron la Segunda Guerra Mundial.

La bomba fue probada en la costa de la isla Severny, cerca del Océano Ártico en 1961 por la Unión Soviética, y creó una explosión que se pudo ver a 630 millas (unos 900 kilómetros) de distancia. La explosión fue equivalente a 50 megatones de TNT, es decir, 50 millones de toneladas.