La presidenta y la cúpula del Episcopado tuvieron una reunión “muy cordial”
Así lo calificó el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo. Se habló de la situación general del país y la trata de personas.
La Iglesia encabezada por el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, calificó como “muy amable y muy cordial” la reunión con la presidenta Cristina Fernández, después del duro documento sobre la realidad social del país que los obispos emitieron a fines de noviembre.
En la reunión, se habló de la trata y los prelados expresaron "preocupación" a la Presidenta por la reforma del Código Civil.
Los obispos "valoraron la importancia que la Presidenta le estaba dando" a la problemática de la trata, señaló el vocero del Episcopado, Jorge Oesterheld, en declaraciones formuladas en las puertas de la Casa de Gobierno.
Explicó que "se coincidió en este tema y en la necesidad de fortalecer los vínculos entre los argentinos porque ésa es la palabra clave", dijo, "y en fortalecer los vínculos institucionales".
Oesterheld agregó que en los 30 minutos que duró la reunión se conversó asimismo de "la reforma del Código Civil" y en este capítulo los prelados "expusieron sus preocupaciones de siempre: la preocupación por el respeto de la vida, por la integridad de la familia", aunque aclaró ante una pregunta que el tema del aborto no se mencionó específicamente".
Las autoridades del Episcopado le regalaron a la jefa del Estado un pesebre de cerámica y le entregaron una nueva copia del documento que difundieron días atrás, aunque el vocero aclaró que ya se la habían enviado con anterioridad.
Participaron del encuentro, además monseñor Arancedo, el vicepresidente del Episcopado y obispo de Neuquén, monseñor, Virginio Bressanelli; el vicepresidente segundo y obispo de Salta, Mario Cargnello y el secretario ejecutivo y obispo auxiliar de Buenos Aires, Enrique Eguía Seguí.
La presidenta estuvo acompañada por el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, el canciller Héctor Timerman y el secretario de Culto, Guillermo Oliveri.
La reunión entre las autoridades de la Conferencia Episcopal se concretó a poco menos de un mes de la difusión del texto en el que la Iglesia advirtió sobre el riesgo de divisiones con "bandos irreconciliables", "presiones que inhiben la libre expresión" y "excesivos caudillismos" que menoscaban la independencia de poderes.