Brasil frenó la importación de autos desde la Argentina, en represalia a las trabas impuestas por nuestro país.

El Gobierno de Dilma Rousseff suspendió las licencias automáticas, por lo que ya hay más de dos mil vehículos argentinos, piezas y neumáticos, parados en la frontera.

La ministra de Industria, Débora Giorgi, dijo que esta medida de Brasil es “inoportuna y sin aviso, y afecta al 50 por ciento del comercio bilateral”. Agregó que “este comportamiento atenta contra el diálogo natural de los dos socios mayoritarios del Mercosur”.