Mientras corrían rumores de una jugada de la defensa en busca de la prescripción de la causa, el juez Julián Ercolini decidió suspender el juicio oral contra el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime, que debía comenzar el próximo 17 de octubre.
 
Aunque la resolución implique una postergación, fuentes judiciales indicaron que la medida de Ercolini busca evitar cualquier intento de que la defensa de Jaime apele a esa estrategia y el expediente prescriba.
 
Ercolini argumentó que "la suspensión detiene el plazo de prescripción mientras subsista la causa que la motiva y encuentra su fundamento en la necesidad de impedir que se extinga la acción penal por prescripción cuando existe un impedimento legal para la persecución penal".
 
El martes, el diputado radical Manuel Garrido advirtió que la causa podía prescribir y pidió que el Consejo de la Magistratura investigue la labor de los jueces que intervinieron en el expediente, en el que Jaime está acusado de recibir dádivas.
 
Garrido se quejó además por las "demoras de más de 5 años en la concreción del juicio oral"y denunció que al iniciarse dicho juicio "la defensa recurriría a un nuevo artilugio, probablemente la renuncia del abogado".
 
A fines de septiembre, uno de los acusados de “coimear” al ex secretario de Transporte brindó una polémica entrevista radial. El ex director de Aerolíneas Argentinas, Jorge Molina, declaró: "Jaime era un funcionario público al que uno tenía permanentemente que rendirle pleitesía para llevarse bien con él. Fijaba la tarifa en ese tiempo. Era quien nos media la entrada o no de mayor divisas a la empresa. Es decir, si él quería, podía ahogar financieramente a la empresa".

Y concluyó: "Nunca quise favorecer a él en nada. Es más, yo tenía una relación tirante con él por su forma de ser, de actuar. Desde Aerolíneas teníamos una lucha permanente con él por todas las piedras que nos ponía. Yo quería que se fuera del cargo, pensaba que era imposible trabajar con él por medios legales, por medios lícitos".

Molina también reveló que en reiteradas oportunidades Jaime le pidió que nombrara a un sobrino suyo en la oficina de Aerolíneas en Puerto Alegre, Brasil, solicitud a la que, dijo, "siempre" se negó porque en ese destino no se necesitaba más personal. No obstante, admitió que ese nombramiento se concretó tiempo después de que él abandonara la compañía.

En el expediente, Jaime está acusado de recibir dádivas de parte de empresarios vinculados al área del transporte que estaba bajo su control durante los seis años que fue funcionario público.