Quien es Jessikka Aro, la periodista finlandesa que combate a los trolls rusos
En 2014 tuvo de escapar de su país. Acaba de publicar un libro donde expone todo el sistema de propaganda en redes del régimen de Putin.
Desde 2014, la periodista finlandesa Jessikka Aro informa sobre la difusión de la propaganda rusa. En el libro "Putin's troll", que ya está disponible en sueco, cuenta las campañas de odio, las amenazas y cómo huyó de su tierra natal en un intento por recuperar su libertad.
En su obra, relata como se convirtió en el objetivo de una campaña de difamación tras investigar los perfiles falsos de las redes sociales que difunden propaganda a favor del Kremlin. Desde el día que comenzó a publicar su investigación sus datos personales aparecieron publicados en uno de los muchos artículos difundidos en Internet para desacreditarla y quedó expuesta a amenazas de muerte y el acoso permanente, no solo en Internet, sino físicamente en Helsinki, al punto de tener que escapar de ahí.
“Hay tanta mierda publicada sobre mí que incluso gente que me conoce se la cree”, lamenta en una entrevista telefónica publicada hace 5 años en El País de España.Su trabajo fue galardonado con el Gran Premio de Periodismo Bonnier, el Pulitzer sueco, pero el costo que pagó fue demasiado.
Tras la primera publicación de Aro, aparecieron artículos en ruso, finés, inglés y alemán aseguraban que “perseguía a la minoría rusa que vivía en Finlandia” o que era una “asesora de los servicios de seguridad de la OTAN”. Russia Today en alemán lanzó un reportaje que la presentaba como una desequilibrada mental que estaba obsesionada con los trolls.
La campaña de difamación se profundizó y se filtraron los detalles de una multa de 300 euros impuesta a Jessikka Aro por consumo de drogas en 2002: “Los propagandistas publicaron que yo era narcotraficante o que había escrito mis artículos bajo la influencia de sustancias ilegales”. El episodio más “repugnante” ocurrió cuando alguien le envió un mensaje de texto a su móvil fingiendo ser su padre, que había muerto 20 años atrás, y en el que le espetaba: “Te estoy observando”.
Cada aparición pública de Aro es difundida en Internet, con vídeos que incluyen subtítulos que la ridiculizan, un síntoma de que, en última instancia, la desinformación no es generada por un robot sino por personas reales. La policía finlandesa investiga quiénes son estos acosadores, aunque desenmascararlos resulta más complejo. Pertenecen a grupos criminales neonazis, pero también a grupos de la extrema izquierda que añoran la Unión Soviética.
El acoso físico es una muestra de cómo la desinformación generada por los trolls va mucho más allá de la denigración en Internet: “Mucha gente se ha creído la campaña contra mí”. La periodista ha recibido mensajes amenazadores de personas reales desde Rusia, Kazajistán, Ucrania y otras zonas de influencia rusa. También de finlandeses. En algunos le deseaban la muerte. En otros, fantaseaban con violarla.