Roland Garros, aviones, guerras y pelotitas de tenis
A 133 años del nacimiento del aviador que le dio su nombre al famoso torneo de tenis.
La isla de la Reunión está ubicada en el Océano Índico, al este de Madagascar. Es un departamento de ultramar perteneciente a Francia. En la capital de esta isla, la comuna de Saint-Denis, el 6 de octubre de 1888 nació Eugéne Adrien Roland Georges Garros, conocido mundialmente a partir de un deporte del que estuvo bastante alejado, el tenis.
Uno de los cuatro torneos más importantes de este deporte es el Abierto de Francia, conocido normalmente como el Torneo de Roland Garros.
Ya sabremos la causa. Pero antes, la historia.
Cuando tenía 12 años, le detectaron una neumonía y por ese motivo lo enviaron a la ciudad de Cannes, la del famoso festival cinematográfico.
Allí se volcó a los deportes. Principalmente el ciclismo, donde ganó campeonatos escolares. También jugó al fútbol, al rugby y al tenis, sin sospechar que su nombre sería una de las marcas preponderantes del llamado “deporte blanco”.
Pero su pasión iba por otro lado.
En 1909, en Sapicourt, cerca de Reims en la región vitivinícola de Champagne, asistió a un evento que fue vendido como “La gran semana de la aviación”. Nació el amor. Pronto inició la carrera y obtuvo la licencia de piloto de monoplanos.
Probó límites
El 4 de septiembre de 1911 batió el récord mundial de altitud, llegando a los 3.950 metros. Esa marca fue superada por un piloto austríaco y en septiembre del año 12 Roland volvió a tener la marca suprema alcanzando los 5.610 metros.
Fue protagonista de otra hazaña para la época, un vuelo sin escalas entre Francia y Túnez.
Salió de Saint Raphael, en plena Costa Azul, y cruzó el mar Mediterráneo hasta Bizerta, en Túnez. Fueron 756 kilómetros en menos de 8 horas, con un aeroplano fabricado de madera de nogal con alas de 9 metros y un solo motor.
Llegó a destino con solo 5 litros en el tanque de combustible, cuenta la leyenda.
El 28 de junio de 1914, el asesinato del Archiduque Francisco Fernando de Austria, en Sarajevo, precipitó el inicio de un conflicto bélico que parecía una guerra corta y un mes después tomó magnitudes superiores para transformarse en la Primera Guerra Mundial.
En esa guerra, Roland Garros tomaría una trascendencia primordial.
Se enroló como voluntario en las fuerzas aéreas de su país y muy rápido se destacó como uno de los mejores pilotos.
El historiador español Jesús Hernández Martínez explicó cómo eran aquellos sistemas de ataque en esas primeras épocas de la aviación de combate: “los aviadores, pertrechados de revólveres, disparaban a sus enemigos. Si el avión iba dotado de copiloto, éste podía ir armado con un fusil. Se utilizaron entonces medios que hoy provocan hilaridad; algunos pilotos llevaban consigo pesadas piedras o ladrillos, que eran arrojados sobre el avión adversario cuando este se encontraba bajo la vertical, con el fin de quebrar su fuselaje de madera y tela”.
Garros aportó un avance notable. Junto al ingeniero Raymond Saulnier, otro pionero de la aviación francesa, perfeccionó un sistema de sincronización que permitía ametrallar al enemigo a través de las hélices de los aviones.
Cuando fue capturado en abril de 1915 por las fuerzas alemanas, este sistema fue robado por los enemigos y utilizado para el perfeccionamiento de los famosos cazas.
Un mito falso
Se dijo que Roland Garros había estado en la que fue considerada como la primera batalla aérea de la historia del mundo, en 1914. Y que había lanzado su nave contra un zeppelín muriendo en ese intento glorioso. Pero Garros no participó de esa batalla. Mito falso.
La captura
El 18 de abril de 1915, la defensa antiaérea alemana dio con el tanque de gasolina del avión de Roland Garros y lo hicieron caer del cielo tras las líneas del fuego enemigo. Fue capturado y permaneció tres años como prisionero, hasta que pudo escapar disfrazado con un uniforme robado. Volvió a incorporarse a las filas de su país, pero la historia no se estiró demasiado.
El final
El 5 de octubre de 1918, en Las Ardenas, un Fokker D.VII lo derribó. Y ésta vez, para siempre.
La noticia circuló prontamente: “La agencia Wolf dice que el aviador francés Roland Garros, herido mortalmente, cayó en las líneas alemanas”.
Roland Garros murió en combate a los 29 años. Francia, conmovida, estuvo de luto.
Garros había marcado una era.
Del avión a la raqueta
En 1928, para la final de la Copa Davis, el gobierno de Francia construyó nuevas instalaciones para recibir el evento.
El proyecto de Emile Lesieur ganó la pulseada. La única petición fue ponerle Roland Garros al estadio.
Francia ganó la Davis y el campeonato abierto de Francia comenzó a jugarse en esas canchas.
El estadio se construyó en un lote de tres hectáreas donadas por la ciudad de París en la Porte D'Auteuil, en el distrito XVI.
Otra vez la guerra
El primer día de septiembre de 1939 se inició la Segunda Guerra Mundial, la mayor contienda bélica de la historia de la humanidad.
Y en medio de esa locura, el estadio de Roland Garros fue convertido en un campo de concentración. Inicialmente fue usado por el gobierno francés para alojar disidentes políticos, extranjeros y otros sospechosos.
Pero a medida que la guerra avanzó, la ocupación alemana lo convirtió en el alojamiento de los judíos que más tarde serían enviados hacia el oriente donde los esperaba la muerte.
Eugéne Adrien Roland Georges Garros, el aviador francés que dejó su nombre grabado a fuego.
Entre aviones, guerras y pelotitas de tenis.