“No me parece digno ocultar la congoja profunda que nos embarga a todos ante el dolor profundo que siente esta mujer por esta mujer que quedó viuda y estos hijos que quedaron huérfanos, sean cuales fueran las diferencias profundas que podemos tener con alguien con quien no compartimos los principios o la concepción de lo político”, señaló el filósofo Santiago Kovadloff. En ese sentido, remarcó que “el dolor siempre impone la necesidad de la solidaridad”.

“Es innegable que Kirchner representó, ejerció y encarnó una concepción de la política que, a mi juicio, corresponde a una etapa que ya no contempla las necesidades futuras del país. Buscó la preeminencia del poder sobre la constitucionalización de la política; aspiró a subordinar la concepción de lo político a la acumulación del poder, por eso creo que no tiene herederos; fue un caudillo”, dijo el escritor.

“Lo hizo mediante la doble estrategia: la expansión incondicional de sus convicciones y la subordinación profunda a esa concepción de lo político de quienes lo rodearon. Realizó algunas tareas indispensables como la restitución del protagonismo del Poder Ejecutivo; la negociación certera de la deuda del país; la conformación de la Corte Suprema”, destacó en Bravo.Continental.

Para Kovadloff, “la doble tendencia, la de innovar para acumular poder y la de no poder supeditar el poder a la vida institucional, creo, reseña las tensiones fundamentales que acompañaron toda su gestión”.

“Me encontré con mucha gente que deseaba esta muerte, gente que no comprendía hasta qué punto la derrota más fructífera que debía infringírsele a Kirchner si no se coincidía con él era a través de la democracia, no de la muerte”, concluyó el filósofo.