¿Lenin o Putin?
¿Qué se esconde detrás de la relación tan conflictiva entre el dinero y Cristina Fernández? No quiero caer en la psicología barata pero, para hacer cualquier análisis político ayuda conocer lo que hace y lo que dice la presidenta acerca del capital.
¿Qué se esconde detrás de la relación tan conflictiva entre el dinero y Cristina Fernández? No quiero caer en la psicología barata pero, para hacer cualquier análisis político ayuda conocer lo que hace y lo que dice la presidenta acerca del capital. Y lo que hace y lo que dice son dos cosas muy distintas.
Es un doble discurso permanente. Dispara misiles contra los millonarios parada en el lugar de millonaria. Como si sintiera culpa de su fortuna personal. O de cómo fueron conseguidos los billetes de todos los colores que atesora en sus cuentas bancarias o transformados en propiedades o en hoteles de lujo. ¿Los Kirchner también habrán pesado la plata igual que su socio, cómplice y amigo Lázaro Báez? ¿Los unió el amor por los negocios o la pasión por las bóvedas y cajas de seguridad? Ayer en su discurso en Tucumán volvió a la carga. Dijo que los empresarios antes se la llevaban en pala y ahora van a tener que llevarse la guita en cuchara sopera. ¿A quien se lo dijo? ¿A Lázaro, a los empresarios del capitalismo de amigos que se enriquecieron con el kirchnerismo o al espejo? Después sentenció que la plata no te hace más inteligente.
Una obviedad que, otra vez, pareció una confesión personal. Pregunta que hay que hacer a esta altura: ¿Cristina está contenta con ser millonaria? ¿Siente culpa por haberse enriquecido a la velocidad de la luz y desde el estado? Porque tanto Néstor como Cristina fueron empleados públicos durante mas de dos décadas ganadas por ellos. Sin embargo se la llevaron en pala, en cuchara sopera y en bolsos y bolsas. Cristina habla como si fuera una líder obrera salida de la pobreza como Lula o un canto a la austeridad republicana como el Pepe Mujica o Raúl Alfonsín.
Cristina está muy lejos de esos hombres. Si tanto odia el dinero haría muy bien en repartirlo, en despojarse de todos los objetos de la frivolidad mundana y burguesa. Si el dinero no te hace más inteligente o más feliz, ¿Para que quiere sus carteras Luis Vuitton o sus zapatos carísimos de marcas top, o sus mansiones dignas de Beverly Hills? La presidenta ejerce una extrañas lucha de clases. Habla como Lenin pero vive como Putin. Y son dos cosas incompatibles. Es un mensaje confuso que baja desde el poder. ¿Es bueno o malo progresar y aumentar el patrimonio personal? ¿Es bueno para ella y malo para los demás? Nadie olvida aquel día en que la presidenta apeló a la ironía para presentar a Amado Boudou como “un concheto de Puerto Madero”, como si Cristina viviera en la Villa 31. Ella también tiene dos departamentos y ocho cocheras en el mismo edificio de la financiera trucha experta en lavado de dinero conocida, no casualmente, como “La Rosadita”.
Néstor y Cristina son los presidentes mas acaudalados desde el retorno de la democracia y tal vez de la historia. Ella mintió con impunidad frente a los estudiantes de Harvard cuando dijo que todo lo había logrado siendo una exitosa abogada, como si fuera Hillary Clinton. Un estudiante, “seguramente” golpista o agente de la CIA encubierto, le había preguntado su secreto para lograr en solo 8 años multiplicar su patrimonio de 2 a 79 millones. La verdad es que Cristina nunca litigó en ningún caso importante. No se conoce que haya cobrado honorarios abultados. Es famosa la situación que contó el ex diputado Rafael Flores. Fue a propósito de un juicio en el que el estudio de abogado de los Kirchner había intentado embargar la casa de una señora humilde que no pudo pagar unas cuotas. Flores, que también militaba en el peronismo pero defendía presos políticos y presentaba habeas corpus, en confianza, le preguntó a Cristina:
- ¿Por qué hacen esto, no los entiendo. Cual es la necesidad?
Y la actual presidenta le contestó, sincericida y muy campante: “Para hacer política en serio necesitas platita”.
Para defender a los pobres, los Kirchner tomaron el camino de la usura en Río Gallegos, de comprar terrenos a precio vil en Calafate, de recibir el pago de alquileres astronómicos por sus hoteles y departamentos o de cobrar intereses monumentales por sus plazos fijos. Para ellos el poder y el dinero son dos caras de la misma obsesiva moneda. Como decía mi abuela: el que guarda, siempre tiene. Como escribió Francisco de Quevedo “Poderoso caballero es Don Dinero”.