¿Qué le pasa a Carrió?
Hay cierta desorientación en el seno de la Coalición Cívica. Ciertas declaraciones y algunas actitudes de la diputada Elisa Carrió abrieron muchos interrogantes. Nadie se explica demasiado los motivos por los que se niega tozudamente a dialogar con cualquier otra fuerza política opositora. Sobre todo porque en general las encuestas no la favorecen demasiado.
Hay cierta desorientación en el seno de la Coalición Cívica. Ciertas declaraciones y algunas actitudes de la diputada Elisa Carrió abrieron muchos interrogantes. Nadie se explica demasiado los motivos por los que se niega tozudamente a dialogar con cualquier otra fuerza política opositora. Sobre todo porque en general las encuestas no la favorecen demasiado.
Es verdad que en otras elecciones ella aparecía bastante abajo y sobre el final subía varios escalones en la consideración popular. De hecho en las anteriores elecciones presidenciales llegó segunda aunque muy lejos de Cristina Fernández de Kirchner. Es cierto que todos los días se baja algún candidato presidencial y se va despejando el camino.
Pero hoy nadie le adjudica a Carrió una intención de votos considerable y todos vaticinan una actuación electoral muy pobre. Esa polémica decisión de aislarse políticamente para no contaminarse se potencia con las fuertes descalificaciones que tuvo hacia figuras como las de Ricardo Alfonsín y Hermes Binner que podrán gustar o no pero que son gente respetable a la que nadie puede acusar de corrupción. Sin embargo la diputada dijo que Ricardo Alfonsín no tiene capacidad para gobernar y que es kirchnerista y que el gobernador de Santa Fe traicionó a su pueblo durante el conflicto con el campo y que no existe a nivel nacional y que jamás volverá a juntarse con los socialistas. Un poco fuerte, ¿No? Además, ¿Con que argumentos dice que Alfonsín no tiene capacidad para gobernar? Tal vez lo dice porque Alfonsín no tiene ninguna experiencia de gestión. El tema es que Elisa Carrió tampoco.
Ambos hacen equilibrios permanentemente para que los partidos que los sostienen sigan unidos y no pierdan distintos dirigentes importantes. En el caso de Binner uno podría ser muy crítico de su estilo frío, distante y poco apasionado. De hecho a mi tampoco me parece un hombre con características de líder carismático.
Pero no se puede negar que gobernó dos veces una ciudad difícil como Rosario y la transformó. La modernizó y la hizo menos injusta y más equitativa. Y que está gobernando Santa Fe con luces y sombras pero sin que la provincia se le desborde y con chances de que su espacio pueda ser elegido nuevamente para gobernar. No es mi intención quitarle importancia a Elisa Carrió.
Soy de los que creen que es una especie de necesaria conciencia crítica de la clase política, una corajuda mujer que denuncia la corrupción y que tiene las manos limpias. Creo que pudo convocar a su lado a varios cuadros de gran capacidad como Alfonso Prat Gay, Adrian Perez, Patricia Bullrich, Juan Carlos Morán o María Eugenia Estensoro, solo por nombrar algunos. Pero también debo decir, para ser lo mas equilibrado posible, que Carrió tiene un manejo excesivamente personalista de su partido, que hay poco debate interno y que cada tanto sufre unos terremotos que alejan a muchos dirigentes de su lado.
Está claro que le cuesta construir. Que es una gran analista y una demócrata infatigable pero que tiende a la descalificación cosa que ella y que gran parte de la opinión pública critica del kirchnerismo. Es difícil acusar al gobierno de falta de diálogo cuando tampoco hay capacidad de dialogar en la oposición.
Hoy su partido parece marchar solo a las elecciones. Eso se convertirá en una gran prueba de fuego para ella. Demostrará su fortaleza o su debilidad. Quedará claro si lo suyo es puro voluntarismo, una expresión de deseo o la comprensión anticipada del momento político. Se viene una elección clave en la historia argentina. Es a suerte y verdad. Para todos en general. Y para Elisa Carrió en particular.