Madiba, sobrenombre por el que todos lo aclamaban ("Abuelo venerable"), pasó 27 años en cautiverio. En el llamado juicio de Rivonia, el fiscal Percy Yutar solicitó para él la pena capital. Cuando Mandela se alzó Presidente de Sudáfrica, le llamó por teléfono para invitarle a cenar a su casa.

El apartheid quiso reunir a todos los presos políticos juntos en Robben Island, para estigmatizarlos. Robben es el nombre de la prisión, Island porque se trata de una isla, muy cercana a "Ciudad del Cabo" -vendría a ser la versión africana de Guantánamo (Cuba)-. No lo consiguieron, muy al contrario, allí Mandela se alzó como auténtico líder de movimiento por la liberación racial de Sudáfrica.

Pasó 17 años en 3 metros cuadrados y cuando salió dijo: "En mi país primero vas a la cárcel y luego te conviertes en Presidente". Defendió también la causa de los indios, que los británicos habían llevado a África para utilizarlos como esclavos. Los ingleses -que son las grandes colonizadores del mundo junto con los españoles (aunque nosotros nos mezclamos y ellos no), tenían también bajo su dominio a India, de ahí nace también la causa de Mahatma Ghandi (abogado) quien viajó a Sudáfrica como letrado y pudo toparse con su destino, al comprobar en carne propia el maltrato y racismo que sobre los indios se ejercía en dicho país. Los talentos al servicio de la humanidad, tienen mágicas maneras de aparecerse.

Hace tan solo 24 años Mandela salió de la cárcel. Desde entonces, parte de este continente que muchos creen que es un único país (África tiene 54 países), celebró sus primeras elecciones democráticas y subió al poder al primer hombre negro en la historia de la humanidad. Sudáfrica estrenó bandera, y terminó con el apartheid (apartheid significa “separación”).
Hoy sus ciudadanos bailan en las calles, cantan y se abrazan con poca pena aunque llueva. Para los africanos en general, la “muerte natural” es un motivo de celebración. La familia es la comunidad, son poco "territoriales" y raramente usan las armas para defender nada, al contrario que otras democracias jóvenes, como la rusa.

Entre baile y baile, ninguno de ellos se cree con el derecho de apoderarse del "velorio" de Mandela, Madiba era de todos, de la humanidad y ahora de la eternidad como dijo Barack Obama, que hace dos horas estrechaba -en un gesto sin precedentes- la mano de Raul Castro (Presidente de Cuba). ¡Quién sabe si Mandela andará haciendo de las suyas!

Mandela dejó un legado único, la convivencia pacífica y democrática entre negros, blancos, judíos, musulmanes, cristianos, ricos, pobres, mujeres, hombres o niños. Cierto es que va a ser difícil superar su carisma y personalidad, pero no es eso lo que esperan los Sudafricanos de un Presidente, quieren un líder honrado y justo, cosa que a día de hoy no tienen, solo hay que leer la prensa diaria, que sí puede relatar lo que acontece sin censuras.

Mandela era un POLÍTICO, un hombre de estado. Esa nimiedad no lo es tanto en los tiempos que corren. Un político debe estar al servicio de su nación y sus habitantes, debe ser una antorcha de Luz y ejemplo. Debe dignificar su cargo. Gandhi-Gi -como le llamaban cariñosamente-, también era un político, aunque se nos olvida..., pareciera que hablamos casi de líderes espirituales, y en realidad también lo eran, ambos, pero Nelson Mandela era sobre todo un político o ¿será qué un buen político esconde un líder espiritual dentro?
El pasado sábado en la Radio, reflexionaba con los oyentes si cada uno de nosotros, a las puertas de la muerte podremos decir que hemos dejado un mundo mejor que el que nos encontramos. "Luchar contra la pobreza no es un asunto de caridad, sino de justicia" y eso es lo que nos toca hacer a todos individualmente, por todas las Sudáfricas que hay en el mundo.