América se hermana en esta copa futbolera con historia, las distancia se reducen y la diferencia entre los poderosos y los débiles también se acortan.

En la primera jornada Bolivia y Venezuela, dos de selecciones que venían silbando por lo bajo dieron la sorpresa.

Argentina y Brasil, los favoritos para quedarse con el campeonato, no pudieron sumar de a tres.

El equipo que se hace fuerte en la altura comenzó ganando el partido contra Messi, Tévez y compañía. El estadio de La Plata se enmudeció, se sentía más frío que los cuatro grados que marcaba el termómetro.

Tuvo que llegar Agüero para empatar a pocos minutos del final. El Kun se disfrazó de salvador. Viene de convertir en los últimos tres encuentros.

Venezuela, igualó sin goles contra el conjunto de Neymar, Pato, Elano, Thiago Silva, Dani Alves y Robinho...

Lo de Brasil no parece preocupante. Últimamente tiene un mal arranque en los torneos. Con el paso de las fechas se van acomodando y llegan a los escalones más altos. Un claro ejemplo fue lo que ocurrió en Venezuela 2007. El primer partido lo perdió con México por 2 a 0 y luego terminó campeón.

Argentina no tiene el funcionamiento del Barcelona, de eso no hay dudas. Los jugadores con los que “La Pulga” se rodea no son los mismos. Banega - Cambiasso distan de ser Xavi-Iniesta. En el Barsa se la dan siempre redonda y en el momento justo. Cada arranque en velocidad parece que va a terminar en gol. Esperemos que en los próximos partidos con la albiceleste pueda explotar.

Pero me gustaría hacer un punto aparte para el reconocimiento. Bolivia y Venezuela jugaron un partido de igual a igual. Sin especulaciones. En ningún momento se fueron atrás. Salieron a cancha con un planteo y lo cumplieron sin fisuras. Ya no son esas selecciones que antes de jugar el equipo rival no pensaba en ganar sino por cuantos goles hacerlo.

"Antes se ganaba 4-0 o 5-0, pero eso ya no existe. Ahora el fútbol está todo nivelado. Hay que tener mucho respeto por el adversario", dijo Mano Menezes, DT de Brasil.

Por ahora fue todo muy pobre, es verdad que aún es pronto, queda tiempo para ajustar los botines. El partido frente a Colombia pasa a ser fundamental.

Esperemos que esa pasión de la que tanto hablamos, y ese sentimiento que nos caracteriza se despierten con el correr lo de los minutos.

Ahora es tiempo de pensar, y poner la mirada de cara a lo que viene. Ser sede siempre es una presión extra.

Ya tenemos la primera confirmación: las distancias se acortaron también en el futbol. La Copa que espera al campeón es testigo de lo sucedido.