El pueblo digno de Humahuaca sigue rezando la novena por su mártir. Muchos que otrora defendían los derechos humanos y ponían el grito en el cielo, ahora callan, obedientes y miran para otro lado porque el principal acusado del asesinato tiene la marca en el apellido. Se llama Marcos Antonio Guerra y su organización integra la Tupac Amaru.

Hasta hace días, Guerra era una especie de lugarteniente de Milagro Sala. Estuvo parado atrás de Jorge Lanata en aquel famoso encuentro con la dirigente social que el kirchnerismo alimenta con 13 millones de pesos por mes, es decir, más que el presupuesto de la municipalidad.

El pueblo digno de Humahuaca reza la novena por Luis Darío Condorí, su hijo asesinado de un balazo en la panza. Condorí hoy es una bandera de lucha de todos los que queremos una sociedad más igualitaria y más libre pero en paz y sin violencia. Condorí tenía apenas 29 años y tres hijos con Daniela Mamaní. Murió defendiendo la tierra de su pueblo que quería ser usurpada. “Luchó contra los invasores”, dijo don Domingo Desiderio, su padre. El día del entierro hasta las casas de adobe y las calles empedradas temblaron de emoción cuando el abuelo del Pato Condorí se quebró. Frente al crimen atroz de su nieto, don Juan Vilte de 80 años fue profundo como los surcos del esfuerzo que le atraviesan su rostro quechua: “La vida no se cambia, es vida”.

Por eso las plegarias que la religiosidad popular eleva al cielo durante 9 días dicen: “Ven, padre de pobres,/ven, de dones franco,/ven, de corazones /lucido reparo./En los contratiempos, descanso al trabajo, /templanza en lo ardiente /consuelo en el llanto./Santísima luz de todo cristiano, /Con tus aguas puras/ lava lo manchado, /riega lo que es seco /pon lo enfermo sano”.

El pueblo digno de Humahuaca con su obispo digno Pedro Olmedo, llena de pedidos de justicia esa iglesia de la Virgen de la Candelaria fundada en 1641. Pero cuando salen del templo sus gritos se hacen alaridos. “Que se vayan todos”, dicen con bronca ancestral y telúrica. El intendente kirchnerista que primero renunció, después reculó y finalmente fue destituido y también los consejales que no supieron defender al pueblo. El salvajismo declarativo del gobernador Eduardo Fellner, dijo que “había sido una pelea entre privados”. Vergonzoso. Un legendario luchador como el Perro Santillán dijo que todo había sido producto de la “impunidad de los que van a las marchas en Mercedes Benz” y yo, iluso, pensé que era una metáfora. Pero es exactamente así.

Cuando terminó la batalla campal entre la patota de Guerra que quería ocupar las tierras de los humahuaqueños quedaron incendiados los vehículos en los que llegaron los usurpadores. Eran dos colectivos, 2 camionetas 4x4 último modelo, doble cabina, varios autos más y un Mercedes Benz. Así se movilizaron los amigos de Milagro Sala. Quiero dejar bien en claro que no estoy en contra de las organizaciones sociales ni de los movimientos que pelean por mayor justicia social. Todo lo contrario, creo que son el pulmón por donde respira la democracia.

Pero rechazo cuando son utilizados por el estado y alimentados con fortunas que generan hechos de corrupción y autoritarismo y envenenan los justos reclamos. Profanan la santa lucha de los luchadores. La única realidad es que Luis Darío Condorí fue asesinado. Que vivía con sus padres porque no tenía terreno ni casa propia. Y eso que se partía la espalda trabajando. Era guía turístico y albañil. Celebraba ese paisaje maravilloso de la Quebrada para los turistas y levantaba con sus manos las casas de los otros.

Tenía 12 hermanos. Quedó tendido boca arriba, regando con sangre su tierra, rodeado de vainas de pistola 9 milímetros. Hay que gritarlo aunque muchos callen. Que nadie se olvide de Condorí. Del mártir del pueblo digno. Hay que hacer sonar los Erkes de duelo. Ponerle luto a los cerros de los mil colores. Las alfareras, las tejedoras y los orfebres lamentan el crimen de un hijo del pueblo digno. Que nadie se haga el distraído. Cuando se alimenta a los violentos se cosecha violencia. Cuando se estimula el descontrol después es difícil poner un freno.

El apellido Condorí viene del vocablo quechua Kunturi que significa cóndor que vuela sobre los andes en representación de los dioses. La esperanza del pueblo digno es que ese Cóndor mártir, vuelva un día a ayudar a sus hermanos sin tierra.

Dice Tejada Gómez que vuelve el cóndor del Alto Peru y que : “El cielo del cóndor abre de par en par, las puertas del Tiawanaco por donde pasa la tempestad./Despierta mi pueblo andino, y al despertar, conmueve la luz del siglo su grito macho de libertad./
Humahuaca significa cabeza que llora. Hoy Humahuaca llora por ti Argentina. Los mansos son mansos hasta que una tarde dejan de serlo. Una tarde, como dice Armando, preñada de furia y al rojo vivo como un volcán.