El enemigo de Cristilandia
La presidenta de la Nación no dudó en utilizar el espacio institucional de la apertura de las sesiones legislativas para satanizar a Mauricio Macri. En tres horas y veinte minutos tocó muchísimos temas, dio centenares de cifras, pero no reconoció un solo error.
La presidenta de la Nación no dudó en utilizar el espacio institucional de la apertura de las sesiones legislativas para satanizar a Mauricio Macri. En tres horas y veinte minutos tocó muchísimos temas, dio centenares de cifras, pero no reconoció un solo error. Fue dispersa, detallista, verborrágica, contó anécdotas y se fue por las ramas en muchas ocasiones.
Pero uno de los ejes fue la construcción del enemigo perfecto y su victimización permanente que es una de las vigas maestras del relato kirchnerista que lleva casi una década en el poder. Para sacarse de encima las responsabilidades políticas del descalabro del transporte en la Argentina y del agotamiento del festival de subsidios para todos y todas, Cristina apeló al un viejo truco de manipular datos y situaciones para explicar la mitad de la verdad y no hacerse cargo de la mitad de la mentira. El ninguneo y el maltrato permanente al que es sometido Mauricio Macri por el gobierno nacional se ve todos los días.
Por táctica electoral, el jefe de gobierno no respondió nunca. Sus asesores le dicen que el no debe criticar a la presidenta y Macri eso se queda callado. Sin embargo solo recibe palazos y dobles discursos en todos los temas en general pero en el transporte y la seguridad en particular. Dijo la presidenta que nunca vio algo igual. Que en una conferencia de prensa le tiraron por la cabeza con el subte. Esa es la mitad de la verdad. La otra mitad es que el gobierno nacional primero le tiró por la cabeza el subte a Macri. En el medio los usuarios, los pasajeros que padecen y no pueden viajar y hoy pasaron un día de locura y de furia para poder ir a sus trabajos y estudios. Cristina le preguntó si se creía que era el alcalde de Nueva York. Macri, vale recordarlo acaba de ser reelecto con un alto porcentaje de votos. ¿Eso es burlarse de los porteños que lo votaron o me equivoco? Lo más peligroso es fomentar el enfrentamiento entre argentinos, entre los porteños y el resto del país. Dijo que no podría pagar el transporte de Córdoba y Rosario y que hacerse cargo del subte es profundamente injusto con el resto del país. Esa es una parte de la verdad.
La otra es que esta ciudad es la que genera el 25% del producto bruto del país y la Nación solo le devuelve por coparticipación el 1, 4%. Es una deformación que alguna vez hay que corregir. Pero hay más todavía. Sospecha de un acuerdo para malas cosas entre dos empresarios como Macri y Roggio, el concesionario del subte. Utiliza la palabra “empresario”, casi como símbolo de perversidad. Pregunto: ¿Qué es Cristina Fernández? Abogada, si. Militante, si. Presidenta de la Nación, con gran apoyo popular, si.
Pero también es millonaria con actividades en su mayoría rentísticas y que en muchos casos están flojas de papeles. ¿No es empresaria la presidenta que amasó una verdadera fortuna sin tener ninguna industria y siendo empleada estatal desde 1987, como ella recordó hace un rato? En el discurso más largo y confuso de todos los que pronunció, la presidenta solo vió cosas geniales y positivas.
En un momento dijo que los opositores tienen derecho a criticarla pero que deben criticar lo malo y no lo bueno que ella hace. El problema es que según su discurso no hay nada malo. No hay un solo error. Ergo, no hay nada que criticar. No hay nada malo en la Argentina de Cristina. Todo funciona a la perfección según su discurso de ayer. Ese país de las maravillas en el que Cristina cree que vive está asistiendo a un agotamiento del festival de subsidios, a una crisis energética brutal, a un colapso del sistema de transporte feroz, y a una inflación dibujada que nadie cree en el mundo.
Nada de esto reconoció la presidenta. Y quien no reconoce un error difícilmente lo solucione. Pero según mi humilde opinión lo mas grave que la presidenta dijo hace un rato fue en contra del discurso de justicia social y movilidad social ascendente del peronismo. Me refiero a los docentes. Dijo que trabajan solo 4 horas, que tienen 3 meses de vacaciones, que tienen estabilidad pero no dijo, otra vez las medias verdades, que con 3 mil pesos por mes nadie puede vivir con dignidad. Tres mil pesos cuesta una billetera marca Louis Vuitton. Y encima se les dice que no hay dinero para los maestros.
Pero si hay para los legisladores nacionales ganan diez o 13 veces más. O se les dan 2.800 millones de dólares en cinco años a Aerolíneas Argentinas y se dice que ninguna compañía aérea gana dinero. No es cierto. Que le pregunten a LAN, y a Tam entre otras de la región. O que se gastan fortunas en fútbol para todos o en automovilismo K y otras cosas vergonzosas que muestran la cara oscura del modelo. Cristina perdió la gran oportunidad de reconocer los problemas y anunciar soluciones. Según su palabra todo esta perfecto. Hay un país que se llama Cristilandia que muchos argentinos pobres y excluidos no conocen. Esta también es una verdad