El hambre de Alfonsín
Un peronista que fue gobernador me dijo que lo bueno de Alfonsín es que tiene hambre. En la jerga de la política eso significa que, igual que su padre, tiene vocación de poder, quiere ser presidente y busca vencer a Cristina por todos los medios legales a su alcance.
Un peronista que fue gobernador me dijo que lo bueno de Alfonsín es que tiene hambre. En la jerga de la política eso significa que, igual que su padre, tiene vocación de poder, quiere ser presidente y busca vencer a Cristina por todos los medios legales a su alcance. Eso tiene un valor. Querer ser. Poner todos los huevos en la canasta es una condición necesaria para poder llegar. No asegura el triunfo de nadie. Pero sin ese fuego sagrado nadie triunfa. No es un pecho frío.
Lucha contra viento y marea. Toma decisiones y sorprende. Hace política, mueve piezas, imagina aliados y escenarios. La fórmula con Javier González Fraga, un economista que siempre combatió a Domingo Cavallo y tiene prestigio en el mundo productivo es un complemento que le suma. González Fraga hasta hace poco estuvo ligado a Eduardo Duhalde y a Roberto Lavagna. Se alejó porque no le gusta la cercanía de Mauricio Macri. Su hermana ha sido la compañera de muchos años y hasta las últimas horas de Ernesto Sábato. Tiene fama de honesto y de empresario lechero exitoso. Alfonsín de un plumazo sacó de los diarios el título negativo de su ruptura con Hermes Binner. No se quedó llorando la pérdida al lado del camino.
Tragó saliva, dijo ya fue y fue para adelante. Tiene hambre como me dijo el ex gobernador peronista. Otra vez el radicalismo va a las elecciones acompañado por un peronista como lo hizo en su momento con Gerardo Morales de vice de Lavagna. Y otra vez el socialismo no participa de ese acuerdo como cuando Rubén Giustinniani fue segundo de Elisa Carrió. Alfonsín superó así una difícil prueba que se le vino encima y no esperaba: la negativa de Hermes Binner. Era su sueño, su compañero de fórmula ideal. Desde los matrimonios universitarios entre la Franja Morada y el Movimiento Nacional Reformista que vienen sembrando juntos en el campo de la socialdemocracia. “Somos primos hermanos”, dijo Alfonsín en su momento cuando se sacaban una foto por semana con el gobernador de Santa Fe. De hecho han demostrado que pudieron conformar un frente progresista exitoso a la hora de gobernar la provincia y que hasta ahora tenía muchas posibilidades de volver a ganar.
Digo hasta ahora porque nunca se sabe que pasa con una sociedad cuando se abre una fisura. Algunas se congelan y se mantienen los acuerdos de otro tipo y otras van abriendo cada vez mas la brecha hasta que se divorcian. Ayer Alfonsín lo dijo claramente: si Binner va como candidato a presidente de otro frente estaría cometiendo un error. Eso todavía no está resuelto. Los socialistas y radicales santafesinos quieren preservar el territorio y saben que si Binner se asocia a Margarita Stolbizer, Pino y De Gennaro todo se puede ir al demonio. Habrá que ver. Alfonsín mañana mostrará su primera foto a los besos con Francisco de Narváez. ¿Quién los ha visto y quien los ve? No los une el amor.
Los une el espanto a quedar afuera de todo y a perder por paliza una elección. Eso no quiere decir que la cosa no funcione. Se necesitan mutuamente. Se supone que Alfonsín será un imán para la centro izquierda moderada y republicana y que De Narvarez para la centro derecha democrática y de gestión. Radicales y peronistas aportando al mismo proyecto de ponerle límites al avance kirchnerista. Un ex vicegobernador radical me dijo: salvando las distancias, Pepe Mujica llevó como compañero a Danilo Astori y Gonzalez Fraga es más progresista que Astori.
Coincidimos en que Alfonsín no tenía la trayectoria de lucha de Mujica pero la comparación tal vez los ayude en la campaña. Por ahora muchas cosas siguen abiertas pero algunas se van cerrando. Alfonsín tendrá un vice y un candidato a gobernador en la provincia de matriz peronista. Un concubinato nacional y popular, pragmático y de centro que va a desilusionar a los que defienden con fuerza las convicciones ideológicas y que va a entusiasmar a los que no se conforman con meter cuatro diputados porque quieren llegar al poder. A lo que tienen hambre, como Alfonsín.