La inteligencia artificial decodificó emociones en siete especies de ungulados
Los investigadores analizaron miles de vocalizaciones, identificando indicadores acústicos clave que permiten clasificar la valencia emocional. Estos patrones acústicos resultaron ser consistentes entre las diferentes especies estudiadas, lo que sugiere que existe un sistema de expresión emocional que se ha conservado a lo largo de la evolución.
Científicos han desarrollado un modelo de aprendizaje automático capaz de diferenciar entre emociones positivas y negativas en siete especies de ungulados, que incluyen vacas, cerdos y jabalíes. Este avance se basa en el análisis de los patrones acústicos de las vocalizaciones de estos animales, alcanzando una precisión notable del 89,49%.
Este trabajo representa el primer esfuerzo en la detección de la valencia emocional, un concepto en psicología que se refiere al atractivo intrínseco o la aversión hacia un evento, objeto o situación, utilizando inteligencia artificial (IA).
Élodie F. Briefer, profesora asociada del Departamento de Biología de la Universidad de Copenhague y autora del estudio, destacó que este progreso proporciona evidencia robusta de que la IA puede decodificar emociones en diversas especies a partir de patrones vocales. Briefer menciona que esta tecnología tiene el potencial de transformar el bienestar animal, la gestión del ganado y la conservación, permitiendo el monitoreo de las emociones de los animales en tiempo real.
Los resultados se han publicado en la revista iScience, lo que añade credibilidad al hallazgo. Los investigadores analizaron miles de vocalizaciones de ungulados en distintos estados emocionales, identificando indicadores acústicos clave que permiten clasificar la valencia emocional. Entre los predictores más relevantes se encuentran variaciones en la duración de las vocalizaciones, la distribución de la energía, la frecuencia fundamental y la modulación de la amplitud. Un hallazgo notable es que estos patrones acústicos resultaron ser consistentes entre las diferentes especies estudiadas, lo que sugiere que existe un sistema de expresión emocional que se ha conservado a lo largo de la evolución.
Las implicaciones de este estudio son significativas. Esto podría cambiar la manera en que se aborda la gestión del ganado, la atención veterinaria y los esfuerzos de conservación, mejorando así la forma en que se interactúa con los animales en diversos contextos. Además, la investigación sugiere que también sería posible fomentar emociones positivas en los animales, lo que representaría un enfoque innovador hacia el bienestar animal.