Papa Francisco reapareció hoy, recuperado tras la indisposición de los últimos dos días, en una audiencia general en la plaza de San Pedro, en la que clamó contra los que se dejan corromper, quienes viven de la trata de personas, la explotación infantil y la fabricación de armas, y les dijo que tendrán que hacer cuentas con Dios.

Francisco volvió a subir a su papamóvil, como es tradicional, para saludar a los creyentes, y habló contra el poder y la vanidad, que dijo no constituyen virtudes y que nunca pueden hacer felices a las personas.

Jorge Bergoglio dedicó su catequesis a la expresión "temor de Dios", de la que dijo que no significa tener miedo sino que es "una alarma ante la pertinacia del pecado". Se refirió a aquellos que "tienen responsabilidad y se dejan corromper", "a las personas que viven de la trata de personas y del trabajo esclavo y a los que fabrican armas, y que son mercaderes de muerte (...)".

"Un día, todo terminará y en el más allá tendrán que hacer cuentas con Dios por todo el mal cometido. Además, no se podrán llevar a la otra parte el fruto de su corrupción: dinero, poder y orgullo", agregó.