Ya dijimos que el sueño de Cristina es que Hugo Moyano se baje del camión de la CGT y que su lugar sea ocupado por el metalúrgico Antonio Caló. ¿Será posible semejante cambio? Yo jugaría algunas fichas a que la cosa no va a ser tan sencilla. Moyano junto a Saúl Ubaldini y José Ignacio Rucci son los tres conductores más importantes que tuvo el movimiento obrero en los últimos 40 años. Secretarios generales de la CGT hubo muchos, pero solamente esos tres fueron líderes que es algo muy distinto. Eso significa que los que se quieren llevar puesto a Moyano van a necesitar juntar mucha masa crítica del otro lado. Muchos delegados y trabajar unidos para impulsar un solo candidato. A la hora de contar los porotos es cierto que Moyano tiene menos delegados porque varios de los gremios que mas afiliados tienen están decididamente en su contra. Al camionero lo apoyan todos los sindicatos del transporte con la excepción de los ferroviarios y tal vez los colectiveros.

Los integrantes del estado mayor moyanista pertenecen en general a gremios chicos como los judiciales de Julio Piumatto, los canillitas de Omar Plaini, los de dragado de Juan Carlos Schmid, o los taxistas de Omar Viviani, entre otros. Pero yo no descartaría que después de las elecciones, Gerónimo Venegas de por cumplida su etapa duhaldista y vuelva a la central obrera para acompañar a Moyano que es su amigo de siempre. Algo parecido puede ocurrir con Luis Barrionuevo pero nunca se sabe. Esos son dos gremios grandes, con muchos delegados. Hay que ver si la CTA oficialista que lidera Hugo Yasky no se incorpora también a la CGT y entre los docentes y los estatales suman su buena cantidad de representantes.

No creo que los de la CTA apoyen a candidatos que vengan del sector de los independientes o de los gordos de bolsillo donde hay más burócratas y millonarios que democráticos representantes de los trabajadores. Esos dos grupos no tienen candidatos demasiado potables. Ya se les cayó el propatronal Gerardo Martínez porque fue acusado de ser espía de la dictadura militar mientras secuestraban albañiles. El resto son impresentables.

Dos están presos acusados de delitos terribles. José Pedraza vinculado al asesinato del militante del Partido Obrero, Mariano Ferreyra., Y Juan José Zanola como parte de la mafia de los medicamentos. Ni Armando Cavallieri ni Oscar Lescano pueden explicar su patrimonio. Andan por la vida rodeados de guardaespaldas y autos lujosos con vidrios polarizados. Hay varios más que no tienen condiciones para ser conducción y otros a los que el pasado los condena. Podría ser Andrés Rodríguez pero es muy raro que un empleado del estado lidere una CGT que suele tener conducciones ligadas a la producción industrial. Solo quedaría en pié la figura de Antonio Caló de la legendaria Unión Obrera Metalúrgica. ¿Quién es Antonio Caló? Tiene un aspecto juvenil pese a sus 60 años y su cabello canoso.
 
Trabajó en Pirelli y fue la mano derecha de Lorenzo Miguel a quien sucedió en el cargo después de su muerte. Siempre tuvo una buena relación con el gobierno en general y con Néstor Kirchner en particular. Ideológicamente es un peronista ortodoxo y pragmático más lejos de la izquierda que Moyano y más cerca de Vandor, Rucci y Lorenzo Miguel, que fueron la columna vertebral histórica de su gremio. Le gusta el perfil bajo y le disgusta el unicato personalista que estableció Moyano. Propone diálogo permanente y evitar que los sindicalistas se roben afiliados entre sí. Aborrece el neoliberalismo de Menem que condenó a su gremio a tener apenas 50 mil afiliados. Hoy la UOM, con el crecimiento de la industrial llega a los 250.000 afiliados.

Todavía falta mucho. Hugo Moyano tiene mandato hasta julio del año que viene. Pero es probable que la realidad acelere los tiempos. La contundente victoria electoral de Cristina y algunas turbulencias económicas que se avizoran pondrán a prueba la fortaleza de Hugo Moyano. Varios periodistas oficialistas ya se permiten criticarlo.

Lo acusan de tener actitudes corporativas y de darle títulos a la prensa hegemónica. Hoy Cristina Fernández es largamente la mujer más poderosa de la Argentina. Tal vez aproveche para sacarse de encima la sombra molesta de Moyano. No será fácil. Habrá que alquilar balcones. Promete ser una batalla histórica.