Extrañamos tanto al Negro
Gracias, Negro Fontanarrosa, artista de la patria. Gracias por tu humor nacional y tu sabiduría popular elevada a la máxima potencia literaria. Gracias por re-inventar el realismo costumbrista argentino. Por conocernos como nadie y por mostrarnos con ternura.
Gracias, Negro Fontanarrosa, artista de la patria. Gracias por tu humor nacional y tu sabiduría popular elevada a la máxima potencia literaria. Gracias por re-inventar el realismo costumbrista argentino. Por conocernos como nadie y por mostrarnos con ternura. Gracias por escribir como los dioses y no calentarse porque las capillas literarias jamás te reconocieron. Los dogmas elitistas nunca encajaron en tu barrio. Gracias Negro por ser amigo de los negros.
De los futbolistas como el Negro Palma, o del Negro Caloi que hace poco fue a visitarte en un desgarro que no terminamos de procesar. Gracias por ser amigo del Negro Crist, es decir esa magia que dibuja llamada Cristóbal Reynoso o simplemente Mandrú, para los amigos. Gracias por comprender enseguida que en el vuelo de la palomita de Aldo Pedro Poy hay más poesía que en mil libros. Botines si, libros también. Gracias por haberte mezclado con los cordobeses de Hortensia para jugar en primera. Por haberte entreverado con Serrat y Les Luthiers para ganar todos los campeonatos del talento y la ética profesional. Gracias por el coraje de Satiricón y Humor donde había que poner la tinta y los huevos cuando no era fácil. Por ese Inodoro Pereyra con que celebraste el nacimiento de mi hijo y el Mendieta diciendo: “que lo parió”.
Lo tengo al lado de la foto que nos sacamos con el Zorro, en tu Rosario siempre estuvo cerca, muy cerca de la Mesa de los Galanes. Estaban el Pitu y el colorado Vazquez que son mas enfermos de Central que vos. Gracias por ayudarme a arrancar a mi hijo de la pantalla de la computadora para meterlo de lleno en los libros por tu camino del fútbol hecho arte y escritura. Por haber sacudido toda la formalidad del Congreso de la Lengua y reinvindicar ante los académicos mas rigurosos y circunspectos el valor de las malas palabras que no son tan malas. Vos consagraste que pelotudo y mierda son términos irremplazables, pura contundencia y melodía.
Gracias Negro Fontanarrosa por ese Boggie tan aceitoso y combativo que sin bajar línea ni levantar el dedito marcaba los límites de la paz y la convivencia frente a la prepotencia de los poderosos y mercenarios armados hasta los dientes y mascando chicle. Nunca te gustaron los sacerdotes del dogma y las verdades reveladas.
Gracias por ser tan Rosario desde las mesas de El Cairo porque siempre estuviste cerca como ese Rosario que es una colección de tardes preciosas en la voz de Lalo de los Santosd. Gracias por elevar a la categoría de mito el valor de la amistad, justo unas horas antes del día del amigo que fue el día en que te despedimos con lágrimas y risas. Gracias por dignificar el cielo que vas a dibujar hasta que vuelvas a la vida. Gracias por edificar un paraíso como un bar para hablar de fútbol y de minas. Gracias por la emoción de ese momento tremendo cuando para agradecer una de las miles de ovaciones que te brindaban dijiste: “Valoro mucho el grito de esta hinchada porque estoy jugando con ocho jugadores”. Era tu forma de decir que estabas en esa maldita silla de ruedas, con tus músculos desflecados y con tu cabeza más lúcida que nunca.
Los argentinos te debemos mucho, Negro Fontanarrosa. Nos llenaste el alma de milagros cotidianos. Nos hiciste muy felices. Por eso estamos tan golpeados ahora al recordarte. Y eso que inventaste el mas grande de los milagros, lograste que un canalla llegue al cielo y haya fiesta, con vuelta olímpica y todo. Gracias Negro Fontanarrosa. Extrañamos tanto al Negro. Hace 5 años que le decimos adiós al amigo al que despedimos un día del amigo. Organiza para mañana un picado entre las nubes. Y después una picada. Invita a los amigos. Y no te mueras nunca, negro querido.