El Papa Francisco formuló esta mañana un vehemente llamado a israelíes y palestinos para que lleguen a un acuerdo que les permita alcanzar la paz. Pero avanzó un poco y dijo que el acuerdo implica "el reconocimiento de los derechos de cada uno y en la recíproca seguridad", así como "la renuncia de cada uno a algo".

Fue al llegar a Belén, procedente de Amman, la capital jordana, en su segundo día de visita a Tierra Santa.

Ayer en Amman, Francisco había insistido en sus discursos con la necesidad de que se alcance la paz en Medio Oriente. Pero lo había hecho de modo mas genérico y refiriéndose no sólo al conflicto entre israelíes y palestinos, sino también a la guerra civil en Siria, entre otros.

La insistencia y minuciosidad del Pontífice revela su anhelo de contribuir a la búsqueda de una solución negociada a los diferentes conflictos.

"Exhorto a que se redoblen los esfuerzos y las iniciativas para crear las condiciones de una paz estable y duradera, basada en la justicia, en el reconocimiento de los derechos de cada uno y en la recíproca seguridad", dijo durante el discurso que pronunció durante la ceremonia de bienvenida que le tributó el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.

El Papa consideró que "es hora de poner fin a esta situación que se hace cada vez más inaceptable".