El experimento de Alexis Tsipras fracasó. No sólo por la vuelta de los conservadores al gobierno de Grecia, sino también por la decepción de la ciudadanía frente a un discurso de tono mitológico. El pronunciado en la isla de Ítaca, en el cual el líder de la coalición izquierdista Syriza asumió el papel del rey mesenio Odiseo. Transcurría 2015. Tsipras renunció al cargo de primer ministro y convocó a elecciones anticipadas con la certeza de que iba revalidar su mandato. Lo logró. Ahora, después de los pésimos resultados en las europeas de mayo, el desenlace iba a ser otro. La odisea de la derrota.