Una patota de la Unión Ferroviaria asesinó a Mariano Ferreyra. El militante del Partido Obrero fue emboscado junto a sus compañeros con la pasividad y/o la complicidad de la Policía Federal que depende del gobierno nacional. Son varios los testimonios que confirman que el cordón de las fuerzas de seguridad se abrió para dejar pasar al criminal y que luego le permitió escapar. Zona liberada se le dice en la jerga. La contundencia de los hechos demuestra que hay varios que tendrán que dar explicaciones ante la justicia. Primero, Jose Pedraza, el eterno jerarca sindical millonario y titular del gremio. El le avisó al gobierno que se iba a hacer la protesta.

Segundo, su mano ultraderecha, Pablo Díaz, un salvaje que hace 15 días declaró públicamente que si la policía y la justicia no frenaban las protestas de los obreros tercerizados lo iban a hacer ellos. Prometió justicia por mano propia y al parecer cumplió porque ayer mismo, con el cadáver de Mariano todavía caliente, Díaz dijo desafiante y provocador: “Ellos querían cortar las vías y a nosotros nadie nos corta las vías”. También tienen que dar explicaciones las autoridades de la Secretaría de Transporte ya que el hijo del subsecretario Antonio Luna, estuvo en el lugar de los hechos. Vale agregar que Luna es un hombre alineado con Hugo Moyano como muchos de los integrantes de las segundas líneas.
 
También sería bueno saber que hizo el ministerio de Trabajo que, según cuentan las víctimas, viene bicicleteando este tema hace más de 7 meses. ¿Será porque alguna de las empresas tercerizadas que se utilizan para precarizar trabajadores y para robar los subsidios son propiedad del mismo gremio de Pedraza? ¿Es cierto que una de esas empresas es presidida por Máximo Pedraza que es el hijo del capo? Jose Pedraza es casi un icono del gremialismo corrupto que viste trajes italianos, cadenas de oro y se maneja en autos de alta gama con vidrios polarizados y matones a sueldo. Milita entre los gordos de la CGT pero adhirió al acto de River con uno de sus dirigentes mas cercanos que estuvo sentado en el palco en la cancha de River cerca de Hugo Moyano, Cristina y Néstor Kirchner. Un salvaje crimen político a sangre fría es un límite que la democracia no debe cruzar jamás.

La única forma de reparar en algo semejante atrocidad que se lleva la vida de un muchacho de 23 años dedicado a pelear por un mundo mas justo es con una profunda investigación que lleve al juicio, castigo y condena correspondiente. Hay autores materiales y autores intelectuales, instigadores. Pero también hay responsabilidades políticas de aquellos que desde la cima del poder vienen instalando un clima de beligerancia y crispación intolerable. La sucesión de hechos violentos que no fueron condenados por el gobierno nacional y el rosario de declaraciones cargadas de pólvora y autoritarismo fue creando un caldo de cultivo para que cualquier violento se sienta apañado. Esto hay que decirlo. Moyano levantando el dedito como si fuera el patrón de la democracia diciendo si Scioli puede o no ser candidato o si Cobos puede o no ser presidente son solo algunas muestras. El matrimonio Kirchner acusando de traidor a todo el que no piensa como ellos resucitó un odio y una fragmentación social que parecía superada. Cuando lo más sensato de la sociedad reclama diálogo, consensos y coexistencia pacífica no está pidiendo una frivolidad. Por las terribles experiencias que tuvo este país sabe que si la política no es diálogo, es violencia. Los que utilizan el crimen para saldar imponer sus ideas deben ser extirpados de la sociedad democrática y condenados a la cárcel. Indignada la militancia del PO, en la calle,. cantaba acusaciones muy graves: “Cristina no chamuyes mas/ Te la das de progresista/ Y tu burocracia sale a asesinar”. Hoy Mariano se convirtió en un símbolo de toda la sociedad. De sus compañeros que quieren justicia para los trabajadores. Y del resto de la comunidad democrática que quiere paz para debatir y libertad para expresarse. Mariano Ferrerya es un muerto, un compromiso y una bandera de lucha.
Cristina, Pedraza, Ferreyra