La Copa América con nombres y apellidos
La historia de la Copa América también son sus jugadores. Y uno de ellos en especial. En 1989, un Diego Armando Maradona que todavía saboreaba la victoria en el Mundial de México86 encaraba la Copa América con el ansía de no haberla conseguido ni en 1979, ni en 1987. Pero la albiceleste se quedó en el tercer puesto. En su libro autobiográfico Yo soy el Diego escribió: Al final dije lo que sentía, que un tercer puesto para un campeón del mundo era poca cosa, nada.
La historia de la Copa América también son sus jugadores. Y uno de ellos en especial. En 1989, un Diego Armando Maradona que todavía saboreaba la victoria en el Mundial de México´86 encaraba la Copa América con el ansía de no haberla conseguido ni en 1979, ni en 1987. Pero la albiceleste se quedó en el tercer puesto. En su libro autobiográfico “Yo soy el Diego” escribió: “Al final dije lo que sentía, que un tercer puesto para un campeón del mundo era poca cosa, nada”.
Así se las gasta la Copa América, el torneo de fútbol más importante del continente americano que también ofreció a otros jugadores gloria y laureles. Di Stéfano, Francescoli, Ronaldo o Ronaldinho han vivido el triunfo de una competición que a sus 95 años goza de buena salud, su corazón late a un ritmo adecuado y se engrandece recordando a los grandes futbolistas que han participado a lo largo de sus 42 ediciones.
Miles de historias y anécdotas se han vivido desde el primer gol, marcado por el uruguayo José Piendibene allá por 1916, hasta el último, anotado por el brasileño Daniel Alves en Venezuela 2007 y que abren el camino de una nueva edición que presenta a Argentina como favorita al triunfo, por ser anfitriona y por contar con la máxima figura del fútbol actual: Leo Messi.
La “Pulga” pretende resarcirse de la dolorosa derrota que sufrió su selección en Venezuela 2007, donde perdió en la final ante Brasil por un rotundo 3 a 0. Messi, que cumplió 20 años en ese torneo, marcó dos goles (ante Perú y México) aunque su participación no impidió la derrota albiceleste. “Para mí fue muy feo ver cómo le daban a Brasil el premio de campeón”, confesaba el futbolista del F.C. Barcelona un año después.
Desde entonces, el mejor jugador del mundo y doble Balón de Oro, no ha perdido ninguna final de las que ha disputado. Ganó el oro olímpico de Pekín 2008 con su país y con su club tiene todos los títulos posibles.
Leo quiere revancha y, de una vez por todas, ser reconocido como merece en su país. A Messi y al equipo de Sergio Batista, seleccionador argentino, no le queda otra que arrebatar el primer puesto a los campeones de las dos últimas ediciones, Brasil, aunque ambas selecciones llegan con las mismas urgencias tras sus decepcionantes actuaciones en el último Mundial de Sudáfrica, eliminados ambos en cuartos de final.
BRILLANTES MOMENTOS DE UNA VIEJA COPA.
Ganar la final del próximo 24 de julio, en el estadio “Monumental” Antonio Vespucio Liberti, de Buenos Aires, se convierte, pues, en una obligación tanto para argentinos como brasileños.
En este sentido, Edson Arantes do Nascimento, “Pelé”, lo tiene muy claro. "Argentina siempre es favorita y no sólo por jugar en casa, pero ya no asusta", explicaba el pasado 18 de febrero en Sao Paulo. El astro brasileño, al igual que Maradona, no ha ganado nunca el torneo.
“Pelé” participó una única vez, en 1959, precisamente en Argentina. El “10” de Brasil venía de ser campeón del mundo en Suecia´58, con 17 años, pero no logró conseguir uno de los pocos trofeos que le faltan en su palmarés. Aunque, eso sí, acabó como máximo goleador, con ocho tantos.
De aquella edición de la Copa América que enfrentó en el último partido en el “Monumental” de River Plate a argentinos y brasileños, Diego Lucero resalta “los momentos de brillante inspiración de “Pelé”, un jugador que jamás ganó la Copa América pero, como tantos otros excelentes deportistas, dejó su marca en inolvidables partidos”.
Una mirada al pasado nos lleva a otros insignes futbolistas, como Alfredo Di Stéfano quien, en su única participación en la Copa América levantó el trofeo de campeón en 1947, concretamente en Ecuador. La “saeta rubia” consiguió anotar seis goles en seis partidos.
También el uruguayo Enzo Francescoli, el “Principito”, uno de los jugadores más grandes y elegantes de Sudamérica, conquistó el torneo. Concretamente se hizo con tres Copas: en 1983, 1987 y 1995.
La nómina de grandes del fútbol brasileño que han dejado su impronta en la Copa América está representada por Romario de Souza y José Roberto da Gama “Bebeto”, que fueron campeones en 1989 y Ronaldo Nazario da Lima, Rivaldo, Roberto Carlos y Ronaldinho, triunfadores en 1999.
Otros nombres propios de la Copa América han sido, ¡cómo no! sus máximos goleadores. Un escaparate de gloria que lideran dos emblemas del torneo: el argentino Norberto "Tucho" Méndez y el brasileño Zizinho, cada uno con 17 goles. El argentino los logró en tres torneos (1945, 1946 y 1947), mientras que el brasileño los acumuló en las seis ediciones que participó desde 1942 a 1957.
Célebres artilleros que dejaron su calidad y la plasticidad de sus goles en las últimas dos décadas fueron, el argentino Gabriel Batistuta, el chileno Iván Zamorano, el mexicano Luis Hernández o el colombiano Víctor Aristizábal.
Algunos futbolistas brillaron más que por su juego por su constancia, como ocurrió con el uruguayo Ángel Romano, que se convirtió en el jugador que más ediciones ha ganado, cinco (1916,1917, 1920, 1924 y 1926), o el chileno Sergio Livingstone, que es el futbolista que más encuentros ha disputado en este torneo: 34 partidos.
En el cuadro de honor de Copa América no pueden faltar tampoco el defensa argentino Oscar Ruggeri, el guardameta brasileño Marcos y el también zaguero “verdeamarello” Cafú, los únicos futbolistas en la historia que han ganado el Campeonato del Mundo, la Copa América y la Copa Libertadores. Pero Cafú, además, puede presumir también de haber ganado la Liga de Campeones en Europa y el Mundial de Clubes, con el Milán A.C.. Un palmarés, de momento, insuperable.
DIRECTORES TÉCNICOS DE RENOMBRE.
Pero la Copa América con jugadores y balón no sería nada si no existiera detrás un entrenador que pone a la orquesta en sintonía. Sin su batuta, el juego y los goles serían imposibles. En ese capítulo quien merece el máximo reconocimiento es el argentino Guillermo Stábile, que consiguió seis trofeos, en los años 1941, 1945, 1946, 1947, 1955 y 1957. En esa edición de 1957 Stabile dirigió a los conocidos como “caras sucias”: Corbatta, Maschio, Angelillo, Sívori y Cruz, leyendas del fútbol americano de los años cincuenta.
Muy lejos de los éxitos de Stábile aparece su compatriota Alfio Basile con dos victorias (1991 y 1993), las mismas que el uruguayo Juan Carlos Corazo (1959 y 1967).
El último en incorporarse al listado de entrenadores campeones ha sido el brasileño Carlos Dunga, que ya fue vencedor como jugador en las ediciones de 1989 y 1997. Dunga dirigió a los últimos campeones de la Copa América, disputada en Venezuela en 2007, un equipo en el que destacó el delantero Robinho, designado mejor jugador y máximo goleador del torneo con seis tantos.
De aquel campeonato permanece en la retina de los aficionados el equipo ideal elegido por la Conmebol y que lo conforman: Guillermo Ochoa (México) en la portería; Maicon (Brasil), Jonny Magallón (México), Juan (Brasil) y Gilberto (Brasil) en la línea defensiva; Mascherano (Argentina), Cristian Rodríguez (Uruguay), Riquelme (Argentina) y Messi (Argentina) como centrocampistas y en el ataque Robinho (Brasil) y Nery Castillo (México).
Un equipo que busca relevo en Argentina 2011 y al que aspiran los 242 mejores futbolistas –más los 22 de Japón- de un continente donde el fútbol es la “pasión más compartida”, como describe el escritor uruguayo Eduardo Galeano en su libro “El fútbol. A sol y sombra”, quien agrega que “rueda la pelota, el mundo rueda”. El 1 de julio comienza la Copa América… que ruede, pues, el mundo.
Juan A. Medina.