Ir a ver al Barcelona, es un espectáculo tanto dentro como fuera de la cancha. El show comienza con la recorrida previa al estadio. Se pueden apreciar gente de todo el mundo y de diversas edades. Hombres, mujeres, niños, ancianos. Los asiáticos con sus cámaras último modelo y hasta un grupo de jóvenes italianos discutiendo sobre el reglamento del fútbol. Si realizaríamos una encuesta seguramente encontraríamos público de todos los países que disputarán el Mundial en Brasil.

Vale la pena tomarse unos instantes para ir a ver la tienda oficial del club. Donde venden desde las remeras de los ídolos de fútbol hasta llaveros, gorros y lapiceras con los colores del Barsa. Una parada obligatoria es comer un waffle caliente en los bares enfrente al estadio. En el entretiempo no estarán los vendedores de gaseosa ni el choripán.

La inseguridad no es un problema, la “barra” lleva unas banderas y un sólo bombo. Algo impensado si vamos a ver un partido en Argentina.

Barcelona – Celta de Vigo se jugó un miércoles a la noche, día laborable, por eso a último momento llegaron los hombres de traje con la corbata en mano. Cómo ir al teatro, la función comenzó puntual a las 20 horas. A los cinco minutos del primer tiempo, Neymar fue el actor principal, hizo el primero gol y desató el primer aplauso generalizado. Después todo fue un monólogo. Finalmente fue un 3 a 0, con uno de Messi y otro del brasilero.

Entre tanto público turista, estaban los socios y mostraban sus disgusto cada vez que los de adelante se paraban con la “tablet” para tener la jugada del partido. “!Sentate, para eso pagamos el asiento, si querés filmar todo el partido míralo por la televisión!”, gritaban, con fastidio.

El técnico argentino, Gerardo “Tata”Martino, sigue siendo muy criticado por la prensa española, a pesar de haber ganado el último clásico frente al Real Madrid y estar a un tan sólo un punto del Atlético de Simeone.

Ir a ver el Barcelona asegura una linda jugada o un gol de otro planeta. En tan sólo tres meses, Iniesta, Messi, Neymar y compañía serán los protagonistas, pero está vez jugando para su selección.

La pasión en el fútbol argentino nunca se podrá igualar, pero nos queda mucho que aprender, para que la fiesta sea en paz.

Precios: Tomar una gaseosa en el Camp Nou. 3 euros – en un supermercado 1.
Entrada para el partido: 19 euros