Los Kirchner son peronistas y sin embargo para ellos, la única verdad no es la realidad. Es tan grande la obsesión por manejar hasta el último detalle de lo que dice el periodismo que caen en situaciones ridículas en medio de la grave situación de salud que afecta a Néstor Kirchner. Vamos a decirlo con todas las letras y sin eufemismos. El ex presidente tuvo en solo 7 meses dos episodios muy complicados que obligaron a una intervención urgente de los médicos porque tenía dificultades para que la sangre le llegara primero al cerebro y ahora al corazón. Ambas son las causas de mayor mortalidad en la Argentina. Esta es la realidad mas descarnada sin ningún tipo de maquillaje. Y eso que no estamos contando la otra gran enfermedad que es el colon irritable que le provocó una internación y un peligroso sangrado allá por el 2.004.

Piense cualquier oyente que diría si este cuadro le ocurre a un padre o a un hermano. Toda la familia estaría preocupada y con mucha razón. Es la ley de la vida. Pero los Kirchner están convencidos de algo muy infantil que no es coherente con su fuerte formación política. Creen que lo que no se nombra existe. Es uno de los principales errores políticos que tienen. Rompen el termómetro del INDEC y creen que la inflación desaparece como por arte de magia. Hace tres años que no publican estadísticas sobre inseguridad y creen que se terminó el delito entre nosotros. Ocultan la gravedad de los problemas de salud de Néstor y creen que lo convierten en un ser indestructible. Una especie de Supernéstor al que no hay kryptonita que lo debilite. Los seres humanos pueden tener debilidades, mostrar su fragilidad, pero los Kirchner no. A veces parece que compran su propia mentira y creen que al ocultar todas las debilidades se transforman en seres de una fortaleza superior a la de los humanos.

Esta actitud hace que muchas veces se traguen las curvas o choquen contra la pared. No aceptan lo que los instrumentos de medición o los espejos les dicen y deciden en función de lo que ellos creen que pasa y no de lo que realmente pasa. Primero dijeron que se trataba de un chequeo de rutina. No se lo cree nadie. Y si así fuera, ¿en que cambia el fondo de la cuestión que es que el ex presidente tuvo un severo episodio y debió se operado? Después esconden la historia clínica como si fuera un secreto de estado. Cristina sale del sanatorio con su marido medio abombado todavía y dice que está perfecto, le ordena que hable y de paso critica a los medios que inventaron, según ella, que Néstor había sufrido dolores en el pecho. Y si así fuera, otra vez, ¿En que cambia el fondo de la cuestión?

En el colmo de la actitud soviética la agencia TELAM (que debería ser del estado pero es del kirchnerismo) demoró la información hasta llegar al papelón. Permitió que hasta las agencias de noticias internacionales tuvieran antes la primicia sobre la internación del primer caballero. Nunca visto. Record K. “No festejan gorilas, hay Kirchner para rato”, decía el cartel militante pegado en la clínica. No creo que ninguna persona bien nacida festeje la muerte o la posibilidad de la muerte de nadie. La historia oficial casi dice que a Néstor Kirchner nunca le pasó nada y que esta perfecto. La falta de credibilidad del discurso oficial es su peor enfermedad.
Nestor, Cristina, sangre