Como es habitual en diciembre, el sitio digital Politifact convoca a sus suscriptores a elegir la mentira del año. Es difícil esta vez. La mentira del año pudo ser el firme rechazo de Hillary Clinton a la acusación de haber enviado material clasificado por su correo electrónico privado mientras era secretaria de Estado de los Estados Unidos o las denuncias de Donald Trump sobre el presunto fraude electoral del que iba a ser víctima. Hubo más claro, atribuidas a las plataformas no tradicionales Google, Facebook y Twitter, como el supuesto apoyo del papa Francisco al candidato republicano. Esas noticas circularon más en la red y recibieron más comentarios que las reales.