La Constitución Nacional es muy sabia y dice que todo ciudadano argentino está en condiciones de elegir y de ser elegido. Este es el principio rector de la democracia. Ayer el ciudadano Miguel Torres del Sel, clase 1957, santafesino de nacimiento y actor de profesión, anunció su intención de presentarse como candidato a gobernador.

Ejerció su derecho a ser elegido. Bienvenido sea. Más allá de la camiseta partidaria que se ponga es muy positivo que cualquier persona se incorpore a la actividad política. Mientras mas participación haya en los partidos mas representativos serán y menos posibilidades tendrán aquellos profesionales que siempre se apoderan de las estructuras para eternizarse en los cargos o para sacar ventajas personales.

Este es el concepto básico. Yo creo que los partidos políticos son los pilares de la democracia y que no hay otra manera de mejorar la calidad de vida de los argentinos que con más y mejor democracia. El caso de Miguel del Sel no es el primero ni será el último. En general se trata de personas muy conocidas o populares que ya tienen un buen patrimonio personal. Juran que no buscan ni fama ni dinero en la política porque ya lo tienen. Miguel del Sel dijo que quiere poner en marcha la energía solidaria que siempre tuvo. Que trabaja honradamente desde los 16 años haciendo reír a la gente y que quiere ayudar para que no haya más chicos con hambre y que todos tengan las mismas posibilidades de progreso. Encima lo dice en un lenguaje sencillo, utiliza el habla cotidiana y manifiesta un profundo sentido común.

Tal vez por eso las encuestas muestran que tiene una buena imagen entre los santafesinos y una mas que interesante intención de voto. Después las urnas dirán la verdad historica. Esto no significa que todas las incorporaciones a la política de este tipo hayan sido buenas o positivas. Hubo y hay de todo. Y en todos los partidos. En el radicalismo la experiencia mas parecida a la de Miguel es la de Nito Artaza. Hoy se puede decir que Nito es un buen senador nacional, que representó correctamente a su provincia y que trabajó en varios proyectos muy interesantes. Sigue haciendo reír en el escenario pero en la política mostró su seriedad y su responsabilidad sin necesidad de ser formal ni aburrido.

Tal vez Del Sel siga ese mismo camino pero con la camiseta amarilla del PRO que se la pondrá encima de la del Unión de Santa Fe de sus amores. En el peronismo el caso de Reutemann es otro intento positivo. Uno podrá simpatizar o no con el Lole como dirigente pero es indudable que fue dos veces gobernador elegido por el pueblo de Santa Fe y que hoy tiene una alta imagen positiva porque lo consideran una persona honesta. En el socialismo recuerdo la experiencia de Susana Rinaldi que también fue excelente. Y hay otras que llegaron a cargos muy importantes como las de Daniel Scioli o el propio Mauricio Macri. En el kirchnerismo se puede nombrar una de cal y otra de arena.
 
El valioso desembarco de Claudio Morgado, diputado primero y hoy titular del INADI y la negativa experiencia de Nacha Guevara. La pongo solo a título de ejemplo porque no quiero cargar las tintas en Nacha a quien respeto intelectual y artísticamente y también por su trayectoria de lucha que la llevo al exilio y a las amenazas de la tenebrosa Triple A. Pero también es cierto que su candidatura a diputada fue una malversación del contrato que firmó con los votantes.
 
Todo el mundo tiene el derecho a equivocarse y a arrepentirse de sus decisiones. Pero lo cierto es que Nacha embelleció las listas del Frente para la Victoria y luego no asumió su banca, casi sin dar explicaciones. Por eso digo que no se puede discriminar ni castigar de entrada la actitud de Miguel Del Sel. Todo lo contrario, hay que celebrar que más gente se sume y esperar que lo haga con honestidad y capacidad de trabajo. Yo se que la política no es joda. Pero la alegría siempre es un viento fresco.