Lanata no es oveja
Quieren expulsar de la cancha a Jorge Lanata. Le quieren sacar tarjeta roja porque no saben como controlarlo y eso pone muy nervioso al gobierno. Le tiran con todo y solamente logran agrandar más su figura y su repercusión.
Quieren expulsar de la cancha a Jorge Lanata. Le quieren sacar tarjeta roja porque no saben como controlarlo y eso pone muy nervioso al gobierno. Le tiran con todo y solamente logran agrandar más su figura y su repercusión. Los paraperiodistas del aparato propagandístico K han llegado a hacer barbaridades, hijoputeces que no tienen nombre. Como ponerlo al lado de Jorge Videla.
Justo a él que fundó Página 12 y se convirtió en el diario que mas investigó, denunció y condenó a los terroristas de estado. Justo a él que, en un hecho inédito en la historia, publicó todos los días reclamos por los desaparecidos firmados por sus familiares. Le hicieron de todo pero recuerdo lo de Videla como el ejemplo más grande del despropósito de la cadena oficial de la mentira.
No fue el único destinatario de los venenos y agresiones kirchneristas. Hubo muchos periodistas y dirigentes políticos atacados. Pero el fue el que mas recibió. Le dieron para que tenga. Y el gordo se defendió como pudo y como sabe. Redobló la apuesta. Los puteaba en cámara, los ridiculizaba y seguía firme diciendo todo lo que se le ocurriera con libertad y fomentando investigaciones para destapar las ollas de la corrupción y el engaño del falso progresismo.
Los peores, los mas forros, los que mas le dieron fueron algunos traidores que se formaron a su lado. Algún mediocre que se hace llamar profesor y apenas si vomita en castellano. Lanata figura en todas las encuestas como el periodista mas querido, valorado y creíble. Incluso en la consulta que se hizo el año pasado entre periodistas.
Fracturado como está nuestro oficio, dividido como nunca, así y todo, Lanata apareció primero lejos y por paliza. Y ojo que no lo estoy endiosando. Creo que es un periodista que escribe muy bien, que tiene coraje y una creatividad asombrosa. Inventa cosas todo el tiempo. No se calla nunca. Pero también creo que el análisis político no es su fuerte. Se nota que no es lo que mas le gusta.
Sin embargo, muy a pesar de él la realidad lo fue convirtiendo en un referente. No en un hombre de partido ni en un posible funcionario. No duraría dos minutos en ningún cargo porque es anarquista y odia hasta la mínima burocracia. Juntó 10 mil personas en Córdoba para una charla. Tapas de revistas como Noticias fueron cronicando el fenómeno del que les hablo. El gordo saltó de pantalla. Trascendió las fronteras del periodismo y se convirtió en un ícono de la rebeldía. Demostró que está más allá de todo y que no le tiene miedo a nada.
Los lacayos de Chávez en la Argentina, sobre todo dos legisladores que crecieron chupándole las medias, fueron tan caraduras que pusieron en duda los aprietes que sufrió en Venezuela por los patoteros de los servicios de inteligencia. Otra vez superaron un límite. Dudaron de la víctima y lo obligaron a dar explicaciones como si fuera el victimario. Retrocedieron al peor subproducto cultural de la dictadura: pensar que el desaparecido se lo había buscado. Que algo había hecho para que le pasara eso. Decir que la víctima provoca es como decir que el violador es menos violador porque la violada usaba minifalda. Jamás trabajé con Lanata y no le debo ni me debe nada. Pero creo que es, largamente,el mejor periodista de su generación.
Nosotros también lo sufrimos porque compite con nosotros en un segmento horario. Pero por suerte no tenemos la mezquindad de pensar en chiquitajes a la hora de separar lo accesorio de lo importante. Algunos caceroleros gritaban “se siente, se siente/ Lanata presidente”. Nadie cree que eso sea posible. Saben que es una chicana y un grito de protesta. Como cuando jugaba mal la selección argentina y se gritaba “Maradona, Maradona” y el no podía ni ponerse los botines.
Hoy el nombre de ese periodista que convoca multitudes en los rating y en las calles es un elemento más para incluir en el análisis político. No porque Jorge vaya a ser candidato a nada. Ni Dios los permita. Pero si porque marca que la valentía todavía tiene reconocimiento social. Porque demostró que no tuvo miedo y se puso como objetivo destruir los temores de la sociedad. Los incitó a que le hicieran “fuck you” al pánico. Y se atrevió a jugar de igual a igual contra el monopolio de medios kirchneristas. Y no digan que se hizo el guapo desde canal 13 porque ya rompía todos los moldes desde el humilde canal 26.
El gordo tiene defectos, como todos. Seguramente se equivocó cien veces, como todos. Habrá cometido injusticias mientras dirigió algunos medios, como todos. Pero hoy en una bandera de libertad. Supo interpretar muy bien lo que dijo Edward Murrow, el gran periodista norteamericano perseguido por el macartismo: “una nación de ovejas engendra un gobierno de lobos”. Y Lanata nunca quiso ser oveja.