Lassie no ladra
Fue el ex presidente Néstor Kirchner el que dijo que era más bueno que Lassie. El objetivo no fue ubicarlo en el lugar de perro faldero a quien muchos argentinos caracterizan como un perro de presa. El objetivo de la ironía de Kirchner era bancarlo políticamente. Decir con todas las letras que nada de lo que Guillermo Moreno hace lo hace por si mismo.
Fue el ex presidente Néstor Kirchner el que dijo que era más bueno que Lassie. El objetivo no fue ubicarlo en el lugar de perro faldero a quien muchos argentinos caracterizan como un perro de presa. El objetivo de la ironía de Kirchner era bancarlo políticamente. Decir con todas las letras que nada de lo que Guillermo Moreno hace lo hace por si mismo.
Que es simplemente el brazo ejecutor de las órdenes de Néstor antes y de la presidenta Cristina ahora. En los últimos días Moreno tomó un nuevo protagonismo nefasto. Se nota que es el encargado de los trabajos más sucios. El que muestra la cara mas autoritaria de este gobierno. Por un lado es el responsable de la persecución insólita y peligrosa que están sufriendo profesionales de las consultoras que miden la inflación. A Moreno no le alcanza con quedar en la historia como el inventor de las mentiras del INDEC. Ahora se dedica a hostigar a los que dicen la verdad.
Es vergonzoso. Repito: ya no es suficiente malversar estadísticas y mentir descaradamente. Ahora sale a acosar a las consultoras privadas que dicen la verdad. Escandaliza que a esta altura de la democracia se atente contra la libertad de trabajo y de expresión de manera tan grosera y explícita.
Pero eso no es todo. No terminan allí los servicios que Lassie le presta a la causa kirchnerista. Ayer un productor yerbatero nos contó en estos micrófonbos la forma en que fueron humillados e insultados por Moreno en una reunión para intentar encontrar alguna solución por la vía del diálogo. Había que escuchar al productor indignado y sorprendido porque nunca en su vida había recibido descalificaciones y agresiones de esa envergadura. Incluso le dio vergüenza ajena por como se refería al mismísimo gobernador de Misiones que, dicho sea de paso, es tan kirchnerista como Moreno. Es un caso digno de estudio el de Guillermo Moreno. Hasta los integrantes del gabinete de Cristina le dicen “patota Moreno”. En voz baja, por supuesto. A sus espaldas, que duda cabe. Es que le tienen miedo porque es un todoterreno que sale a romper asambleas, columnas vertebrales o lo que haga falta. El único integrante del entorno presidencial que se animó a llamar a las cosas por su nombre fue otro perro, que no se llama Lassie, sino Horacio Verbitsky. El denunció que por los pasillos del INDEK con “K” se paseaban sus matones armados aterrorizando a los empleados y a los delegados de ATE.
Así se maneja Moreno. Poniendo una pistola en la mesa de un empresario, fanfarroneando con sus presuntas dimensiones del miembro viril, gritón y agresivo. Eso si, siempre tiene a mano al campeón mundial de Kick Boxing, Acero Cali que tiene un cuello mas grueso que la piel de Moreno y los bíceps mas duros que su cara. Sus apretadas y escándalos superan todos los records. Hasta fue capaz de profanar con sus barras bravas un templo de la cultura como la Feria del Libro para escrachar a nuesrtro colega Gustavo Noriega. Fue el mismo que se pasó pulgar por su propio cuello como amenaza de deguello al joven ministro de economía de entonces, Martin Lousteau. Hoy está muy claro el tremendo daño que ha causado a la credibilidad del gobierno. El propio ministro Boudou confesó que no pueden arreglar semejante despelote porque deberían pagar un alto costo político. Estamos en el podio de los paises con mas inflación del mundo junto a Venezuela. Eso quiere decir que sus ideas y su metodología fracasaron. Guillermo Moreno es uno de los tres argentinos con mayor imagen negativa. Es uno de los funcionarios mas repudiados. Siguiendo con las metáforas del cine y la televisión se podría decir que Moreno dejó de ser Lassie hace rato si es que alguna vez lo fue y hoy parece ser el acto de una película de terror: durmiendo con el enemigo.