La censura no existe mi amor.
La censura no existe mi.
La censura no existe.
La censura no.
La censura.
La.

Utilizo los versos explosivos de Juan Carlos Baglietto para comunicar de la manera mas rápida y contundente que el señor Lázaro Báez esta reclamando censura previa, algo que está prohibido por la Constitucion Nacional, la Convención Americana de los Derechos Humanos y que confirma el nivel de impunidad que siente el empresario socio y cómplice del matrimonio Kirchner.

Es tan grande su desesperación, se siente tan acorralado por las diversas investigaciones periodísticas que demuestran la matriz corrupta que en su momento denunció Elisa Carrió que no encontró mejor idea que presentar un amparo para que nadie escriba ni informe sobre su patrimonio que creció a la velocidad de la luz pero que iluminó las zonas mas oscuras del poder de Néstor y Cristina. Esta fue su actitud mas burdamente escandalosa. Pero ya cometió otras torpezas como utilizar su relación con la presidenta de la Nación para intentar descabezar al fiscal José María Campagnoli y para que Oscar Parrilli y un grupo de tareas de para periodistas K salieran a desmentir lo indesmentible y a ocultar lo inocultable.

Lázaro Báez no es cualquier empresario. No es un corrupto del montón. Es el que mayor obra pública recibió en esta década kirchnerista, el que mas rápido juntó una fortuna que se pesa en euros, en valijas y se guarda en bóvedas y en cuentas secretas en el exterior. Fueron tan rústicas sus movidas que dejó sus dedos pegados en varios lugares. Hay muchas pruebas que en otro país del mundo ya lo hubieran llevado a la cárcel o a un juicio histórico. Lázaro es quien estaba comiendo con Néstor Kirchner en la última cena y el que regaló y mantiene actualmente el monumento funerario faraónico que guarda los restos del ex presidente.

Nicolas Winazki con Jorge Lanata y en Clarín y Hugo Alconada Mon en el diario La Nación aportaron certerzas que queman en las manos de cualquier juez. Por eso Lázaro se autodenunció en Río Gallegos, una justicia que ya fue colonizada como intentaron hacer con los tribunales nacionales. En Santa Cruz no prosperó una sola causa. Nadie se atrevió a investigar. Todos cerraron en tiempo record y casi sin hacer ninguna actuación, todas las denuncias que involucraron al matrimonio que gobernó estos últimos diez años. Los negociados truchos y la forma en que se lavó dinero y se devolvieron coimas y retornos es realmente escandalosa. Demuestra una voracidad de usurero por el dinero y una especie de bulimia por ser cada vez mas millonario.

Pero nunca se había llegado al colmo de pedir censura como si estuvieramos en un gobierno dictatorial. Un periodista, cualquiera, tiene el derecho y la obligación de investigar al poder político y al económico. Es parte de su trabajo de ser fiscal del poder y abogado del hombre común. Es de interés público chequear los niveles de oscuridad o de transparencia con que se manejan los dineros públicos. Lázaro se levantó y anduvo. Anduvo confundido un tiempo pero ahora sabe que se le viene la noche y tira con lo que tiene a mano.
 
La frase de San Martín de que el que se ahoga manotea lo que tiene mas cerca le viene como anillo al dedo. El primer capítulo del libro "La dueña" de Miguel y Nicolas Wiñazki tiene un título que nos hace correr frío por la espalda: "Cristina es Lázaro". Tiene razón Jorge Lanata: "ese no es un libro, es una bomba".