Vamos a hablar claro y sencillo de un tema tan polémico. Estoy de acuerdo con el 90% de los artículos de la Ley de Medios y sin embargo estoy en contra del 100% de su aplicación. Esto que parece una contradicción puedo explicarlo como la diferencia entre la teoría y la práctica. La fría letra de la ley es un gran avance en la democratización y el pluralismo de la comunicación.
 
Su texto es muy positivo porque apunta a evitar todo tipo de monopolios y fue logrado gracias al aporte académico de mucha gente que cree de verdad en la libertad de prensa como un derecho humano. Pero ese instrumento en manos de los Kirchner se convirtió en un plan siniestro para controlar al periodismo y para evitar que el periodismo controle al gobierno.

En esta década engendraron la maquinaria de paraperiodismo de estado mas formidable desde el retorno de la democracia. Un amigopolio sostenido por fortunas de publicidad oficial que pagamos todos los argentinos y que se dedica a ocultar todo lo malo, a propagandizar las supuestas virtudes del oficialismo y a castigar con mentiras y agravios a cualquier persona que se atreva a cuestionar el pensamiento único Cristina.

Una cosa es lo que figura en los papeles y otra muy distinta es lo que pasa en la vida cotidiana. Y ojo que no le hablo de Clarín ni de ninguna empresa. Ninguno de mis trabajos tiene nada que ver con Clarín ni con el gobierno. Eso me da una independencia que ejerzo en plenitud. Pero el desprecio que los Kirchner han demostrado por el oficio de periodista no tiene antecedentes. Lo igualan con un enemigo. Y por eso atacan con todas sus fuerzas.

La década ha sido la de menor libertad de prensa desde 1983. Hay libertad, por supuesto, de lo contrario, no podría decir esto que digo. Pero es una libertad vigilada, de bajas calorías y que todo el tiempo persigue al que la ejerce. Para los que se atreven hay castigos de todo tipo: campaña de insultos y agravios desde los medios adictos y los grupos de tareas de la blogósfera, agresiones callejeras , juicios en plazas públicas, afiches con caras de periodistas a las que se incita a escupir, escraches mussolinianos, aprietes a los dueños de los medios para que censuren o excluyan a tal o cual periodista, presión a los empresarios para que no pongan publicidad en los medios independientes, hostilidad desde la AFIP y los servicios de inteligencia y cero apertura informativa. Esta presidenta no quiere ver un periodista cerca ni en conferencia de prensa. Estos son solamente algunos de los métodos que utilizan.

No hay que olvidar que el principal insumo del periodismo es la libertad. Con libertad es posible ejercer un periodismo bueno, malo o regular. Sin libertad, solo es posible la propaganda.
Con libertad cada periodista puede elegir entre ser un chupamedias del gobierno de turno o tener una mirada crítica con todos los poderes tal como indica el manual de buenas prácticas profesionales.
La libertad es un patrimonio de todos los argentinos. Asi empieza nuestro himno nacional: “Oid mortales el grito sagrado, libertad, libertad, libertad.
No es la primera vez que el kirhcnerismo profana alguna bandera sagrada y hace todo lo contrario a lo que proclama. La ley de medios es tal vez el caso más emblemático. Su comportamiento viola todos los días en forma sistemática la reglamentación que dice defender. Dice una cosa pero hace otra. Inocularon en las venas abiertas de la sociedad un veneno letal: el temor a opinar.

Y eso es muy preocupante a 30 años de democracia. Mucha gente tiene miedo de manifestar sus discrepancias porque sabe que después se vienen las represalias y hay que pagar las consecuencias. Incluso para los ciudadanos de a pie, para los hombres y mujeres anónimos. Eso es intolerable. Es la negación de la República. Es lo más nefasto y preocupante de todo mas allá de cual sea el fallo de la Corte Suprema de Justicia. Las letras son las mismas pero con una pequeña modificación son el día y la noche. Una cosa es la ley de Medios y otra muy distinta es una Ley de Miedos. Nada bueno se puede construir en una sociedad que no se expresa con coraje y sin ningún tipo de limitación.

Los medios son vehículos que nos deben llevar hacia una Argentina más independiente e igualitaria y a la diversidad de voces.
Los miedos son la puerta de entrada al túnel del autoritarismo y al silencio.

La sabiduría de Atahualpa Yupanqui lo dijo hace mucho: le tengo rabia al silencio/ por lo mucho que perdí/ que no se quede callado/ quien quiera vivir feliz/ A fuerza de ser callado/ callado me consumí.