Mendoza: los mejores vinos para la Copa América
Aseguran los más fanáticos que a diferencia de Buenos Aires, que piensa y respira fútbol, Mendoza sólo dedica suspiros al deporte más popular de Argentina. Pero en 2011 parece que eso puede cambiar por dos hitos: la ciudad acogerá la Copa América y el Godoy Cruz, el equipo mendocino que juega en la Primera División, estará por primera vez en su historia en la Copa Libertadores de América.
Aseguran los más fanáticos que a diferencia de Buenos Aires, que piensa y respira fútbol, Mendoza sólo dedica suspiros al deporte más popular de Argentina. Pero en 2011 parece que eso puede cambiar por dos hitos: la ciudad acogerá la Copa América y el Godoy Cruz, el equipo mendocino que juega en la Primera División, estará por primera vez en su historia en la Copa Libertadores de América.
La pujante ciudad de Mendoza, situada en la llamada Región de Cuyo, a los pies de la Cordillera de los Andes y a unos 1.000 kilómetros al oeste de Buenos Aires, "es uno de los cincuenta lugares únicos en el mundo por su combinación de paisaje, entorno, cultura y naturaleza", asegura Luis Bohm, secretario de Turismo de la provincia.
La capital de la provincia vitivinícola por excelencia de Argentina presume de ser "la más limpia del país" y, aunque tiene un clima semidesértico, es una "ciudad oasis": se alimenta con riego artificial y muestra con orgullo sus características acequias, sus famosos viñedos y su gran cantidad de árboles y espacios verdes.
"Estamos en el confín del Imperio Inca. Hasta aquí llegaron y ello generó el desarrollo de una cultura del agua y de la acequia", explica Bohm, quien rescata una curiosa anécdota protagonizada por uno de los muchos visitantes ilustres que se acercan a la tierra del vino.
"Durante una visita, Mijaíl Gorbachov, el que fuera líder soviético, le dijo al entonces gobernador que los primeros mendocinos habían sido muy inteligentes al construir la ciudad en el único bosque que había en medio del desierto. Gorbachov no sabía que todo lo verde que hay en Mendoza es artificial", relata el funcionario.
LA CUARTA CIUDAD DE ARGENTINA.
Con una población próxima al millón de habitantes, la cuarta ciudad de Argentina no sólo ofrece increíbles paisajes en sus alrededores, además de ser la ruta de los amantes del buen vino, sino que invita al visitante a recorrer sus calles y a perderse en sus plazas y paseos.
Fundada en 1561 por Pedro del Castillo y bautizada con el nombre del entonces gobernador de Chile, García Hurtado de Mendoza, vivió unos siglos de pujanza hasta que en 1861 un terremoto la destruyó casi por completo.
Un paseo por la ciudad tiene parada obligada en la catedral, con sus imponentes vitrales procedentes de Francia. También en el Acuario Municipal -el primero del país y el hogar de "Jorge", una tortuga de 95 años-, y en áreas verdes como el Parque Bernardo O'Higgins.
El turista tampoco puede perderse el Paseo Alameda, centro de la vida cultural, que debe su nombre a la decisión del libertador José de San Martín de hacer plantar una trinchera de álamos, y la Plaza Independencia, corazón comercial y financiero de la ciudad.
En las afueras, el Parque General San Martín es uno de los mayores atractivos de la ciudad. Este pulmón verde de 500 hectáreas esconde sorpresas como los Caballitos de Marly, hechos en mármol de Carrara y réplica exacta de los instalados en la Plaza de la Concordia de París.
EL ACONCAGUA.
Mendoza es, además, punto de partida para recorrer los denominados "Caminos del Vino", unos tradicionales circuitos de viñedos y bodegas que enorgullecen a sus habitantes y que se han ganado una merecida fama internacional. También para explorar la Cordillera y llegar al Aconcagua, el cerro más alto de América, con 6.962 metros de altura.
Los amantes de los deportes de invierno tienen su rincón en Mendoza, en la estación de esquí de Las Leñas, un complejo integrado por 33 pistas, hoteles de cuatro y cinco estrellas, casino y números servicios, que las autoridades provinciales se han ocupado de promocionar en los últimos meses para atraer visitantes durante la Copa América, que coincide con el invierno austral.
"En síntesis, tenemos buen tiempo, buen vino, buen paisaje, buena cultura, un modelo de desarrollo urbano único en el mundo, buena oferta turística, buena gastronomía y hermosas mujeres", concluye Bohm. Si además hay buen fútbol en la Copa, ¿quién puede resistirse al encanto de Mendoza?
Por Carlos Werd