Pedraza es la regla
Dicen que el martes Pedraza cenó con Moyano. ¿Le habrá avisado que unas horas después lo iban a arrancar de su faraónico departamento de Puerto Madero para llevarlo a la cárcel? ¿Le habrá anticipado que la CGT iba a hacer un ruidoso silencio sobre su detención?
Dicen que el martes Pedraza cenó con Moyano. ¿Le habrá avisado que unas horas después lo iban a arrancar de su faraónico departamento de Puerto Madero para llevarlo a la cárcel? ¿Le habrá anticipado que la CGT iba a hacer un ruidoso silencio sobre su detención? ¿O que sus aliados del gobierno kirchnerista habían resuelto soltarle la mano y tirarlo debajo de un tren? Tal vez nunca se sepa la verdad de esa conversación entre dos pesos pesados. Hay un pacto de silencio, cierta omertá que garantiza que no se hundan entre todos tirándose con expedientes.
El caso Pedraza nos debe servir para reflexionar sobre el modelo sindical vigente. Porque el millonario monarca Pedraza no es una excepción. Lamentablemente es la regla. Hay muchísimos dirigentes sindicales que se han enriquecido ilícitamente. Hay un estilo de impunidad, de prepotencia patotera, de atornillarse 25 años en el poder, y de transas con las patronales para despedir delegados honestos y combativos y poder ganar las elecciones, oh, casualidad siempre con listas únicas. Ayer le decía a Bravo que hay tres dineroductos que suelen estar conectados a los cientos de Pedrazas que existen: 1) las coimas que cobran y los sobreprecios que pagan cada vez que el gremio tiene que hacer alguna compra.
Desde un hotel hasta una resma de papel siempre queda un vuelto. A esos muchachos les dicen gárgaras, diría bravo: porque siempre algo se traga. 2) los pagos de muchas empresas y patronales mas inescrupulosos que ellos para que mantengan a los trabajadores domesticados frente a bajos salarios y a injustas condiciones de trabajo y 3) se travisten de empresarios, arman sus propios grupos económicos corporativos y pasan a actuar como conversos, se transforman en mas explotadores de los trabajadores que cualquiera. Es lo que pasa con las tercerizadas del ferrocarril que es el verdadero motivo del asesinato de Mariano Ferreyra. No es un tema ideológico ni gremial.
Es para defender sus negocios sucios y sus niveles repugnantes de corrupción. No dudan en matar o en mandar a matar para seguir robando. Ya se dijo con razón que Pedraza fue oficialista de todos los peronismos. Fue menemista, duhaldista y ahora era kirchnerista. El calor y la impunidad que brindan los gobiernos es la única bandera que defiende. Ensucia y bastardea a los honrados y valientes luchadores de la historia y de la actualidad del sindicalismo. Desde el gringo Agustín Tosco, Rene Salamanca o Atilio Lopez hasta German Abdala, Victor de Gennaro o Pablo Micheli. Por eso la detención de Pedraza debe servir para que todos los responsables del crimen de Mariano vayan presos, incluídos los policías federales que armaron la zona liberada y para que la clase política se anime a democratizar y a hacer más transparente el movimiento obrero.
Primero se debe reconocer que el actual procurador de la Nación, Esteban Righi fue abogado de Pedraza. Que el ministro de Trabajo, Carlos Tomada fue asesor del gremio durante mucho tiempo igual que la vice ministra Noemí Rial y que la presidenta Cristina Fernández se calzó un gorrito verde de la Unión Ferroviaria y ensayó unos pasos de baile al son del bombo sindical y dijo en ese acto que Pedraza era un ejemplo de resistencia sindical y de un sindicalismo que construye. Hay que terminar de una vez con los delincuentes que se quedan a vivir en los sindicatos. El gobierno tiene que facilitar lo que la Corte Suprema y la Organización Internacional del Trabajo ya le han dicho con todas las letras: el reconocimiento de la CTA y la personería gremial.
Democratizar, llevar libertad al sindicalismo. Legislar para que ni los intendentes ni los gobernadores ni los gremialistas puedan ser reelectos por más de dos períodos. Tienen que volver al llano. Exigirle que al igual que los representantes empresarios o del gremialismo agropecuario presentes su declaración jurada y que sea público su patrimonio para que pueda ser mirado con lupa y controlado por la sociedad. Son pequeños pero firmes pasos. Es el momento adecuado. Que la muerte de Mariano sirva para derrocar a todos los Mubarak y los Kadafi que hay en los gremios. Para que los mejores compañeros, los mas honrados y capacitados sean los representantes. Y para que los ladrones y los dictadores gremiales vayan a la cárcel. Como fue Pedraza.