YPY de acero y cristal
A esta altura vale la pena dejar muy claro cual es la YPF que necesitamos construir. Tiene que ser fuerte como el acero y transparente como el cristal. Sería imperdonable repetir viejos errores.
A esta altura vale la pena dejar muy claro cual es la YPF que necesitamos construir. Tiene que ser fuerte como el acero y transparente como el cristal. Sería imperdonable repetir viejos errores. Recuperar la soberanía energética es el camino estratégico. Declarar de interés público las reservas es el instrumento. Que no se nos ocurra convertir a YFP en un coto de caza privado de corruptos y oportunistas. Se lo digo con toda contundencia y hasta con el nombre de las empresas. Nuestra utopía debe ser construir una Petrobras. Y encender todos los radares para que no cometamos los mismos errores de Aerolíneas Argentinas.
El interventor Julio de Vido, ya lo dijimos, pero hay que repetirlo, no es la persona mas indicada para conducir esta epopeya refundadora de YPF. Porque es el responsable de los peores fracasos del gobierno, tanto en su política energética como en el manejo del transporte. Dijo de Vido que el lema de la nueva empresa será “Petróleo, gas y trabajo”.
Yo le agregaría algunos otros conceptos. Eficiencia, por ejemplo. Eso significa incorporar a los mejores expertos en todos los cuadros gerenciales. Sin amiguismos, sin caer en esa tentación absurda y suicida de darle un sueldazo, auto y celular a un amigo para que haga política. La nueva YPF para ser Petrobrás tiene que aspirar a su misma fortaleza, a esa potencia a largo plazo que le permite descubrir nuevos yacimientos, invertir con inteligencia, explorar con racionalidad y hacer los mejores negocios para volver lo antes posible al autoabastecimiento y convertirse en soporte de la producción nacional. Pero solo con eficiencia, tampoco alcanza. Se necesita transparencia.
Hay que transformar a YPF en una caja de cristal y que deje de ser una caja sin fondo para la política y para el enriquecimiento ilícito de empresarios amigos del gobierno nacional y de las provincias. Todos los argentinos tenemos que ejercer el control permanente de nuestra empresa. Custodiar la honradez y evitar la corrupción. Debemos convertir a YPF en un orgullo de todos los argentinos así como Petrobras es un orgullo de todos los brasileños. No queremos otra Aerolíneas Argentinas que hoy es un cáncer para todos los habitantes. Casi no se conocen balances de Aerolíneas.
Hay un ocultamiento informativo fenomenal. Y eso que nos cuesta fortunas en subsidios y que está conducida por gente que no tiene la menor idea de la actividad y que está invadida por muchachos de La Campora que cobran en Aerolíneas para solventar su actividad política.
Que militen en donde quieran. Pero que no lo hagan con el dinero de todos los argentinos. Y que hagan despegar de una vez por todas a la aerolínea de bandera. En ese sentido tenemos mucho que emular de Brasil. Le doy un solo dato. Cuando Arturo Frondizi era presidente en Argentina y el también desarrollista Juscelino Kubitschek en Brasil, ambos países teníamos mas o menos el mismo tamaño económico. Hoy Brasil nos pasó por encima y nos sextuplica en dólares. Es uno de los grandes jugadores globales. Y Petrobras, entre otras cosas, fue su motor de crecimiento. Un comentario al margen para conocernos un poco mejor y mirarnos al espejo. Hoy no hay pueblo de Brasil que no lleve el nombre de Kubitschek, en su homenaje. Hasta el aeropuerto de Brasilia lleva su nombre, es el reconocimiento a un estadista patriótico.
En este país recién ahora se está revalorizando a Frondizi que casi no tiene ni una plaza con su nombre. Así nos fue y así nos va. Pero volvamos a la YFP que tenemos y la que tenemos que construir. Fuerte como el acero y transparente como el cristal. Deben abrir sus puertas. Contestar todas las preguntas. Porque si YPF es de todos es de todos el dinero que se gasta. Por eso debe ser la locomotora que nos permita concretar los sueños de inclusión y equidad. Que se modernice con las nuevas tecnologías y que elimine de a poco todo que sea contaminante y sume energías limpias como la eólica que tanta fuerza tiene con el viento patagónico. Que sea ejemplo de innovación científica que genere cada día trabajo mas calificado.
Es un desafío histórico el que tiene el gobierno de Cristina. Tiene que demostrar si su mirada es realmente estratégica o solo le interesa “cristinizar” la empresa. Por ahora vamos mal si los primeros pasos son con De Vido y Ezequiel Espinosa, el que alquiló el avión de Antonini Wilson. La nueva YPF debe ser útil para el pueblo y no para los inútiles funcionarios o empresarios. Debe ser la medida del país que estemos dispuestos a construir. Hace falta un riguroso control social y ciudadano. De los consumidores y de los trabajadores. Es nuestro dinero, es nuestro futuro. No podemos lavarnos las manos.