Banfield vuelve a Primera, luego de empatar con Douglas Haig
El equipo sureño igualó 1 a 1 con el conjunto de Pergamino y fue suficiente para ascender a la categoría más importante del fútbol argentino. El Taladro sumó 70 puntos en el torneo
De este modo, el conjunto albiverde logró el octavo ascenso a la máxima categoría del fútbol argentino y el retorno a la A, luego de dos temporadas.
Con este resultado, el equipo de Matías Almeyda llegó a las 70 unidades en la clasificación y está segundo detrás de la línea de Defensa y Justicia (72), aunque con ventaja suficiente como para no poder ser alcanzado por sus inmediatos perseguidores.
Es que a falta de cuatro jornadas para el cierre de la actividad, el `Taladro` quedó 13 puntos por encima de Independiente y Atlético Tucumán, que hoy comparten la cuarta colocación.
Una multitud copó el estadio Florencio Sola y se retiró feliz, no sólo por el ascenso concretado sino porque desde los altoparlantes le cantaron la derrota y eliminación de Lanús en la Copa Libertadores, en Bolivia.
Douglas Haig, que todavía pugna por escaparle a la zona del descenso, se puso en ventaja a los 40m. del primer tiempo, a través de un perfecto remate desde fuera del área de Esteban Orfano, tras recibir un pase del mediocampista Iván Etevenaux.
Banfield estableció la igualdad antes de llegar al descanso. A los 45m., el paraguayo Santiago Salcedo metió un sablazo en un tiro libre y engañó al arquero visitante, Emiliano Olivero.
El desarrollo de esa primera parte fue parejo, con dos equipos que apostaron al trato prolijo de balón, pero que no tuvieron demasiada profundidad en sus envíos.
En ese contexto, el `Fogonero` de Pergamino se puso arriba en el marcador y parecía que los nervios le podían jugar una mala pasada a los dirigidos por Almeyda.
Sin embargo, Banfield consiguió el empate antes de la finalización del período y esa circunstancia lo tranquilizó.
En la segunda parte, la cancha se transformó en una suerte de plan inclinado. El local jugó en campo rival, más allá de que quedó expuesto a las réplicas esporádicas de Douglas.
Pero a diferencia de lo que ocurrió en la mayor parte del torneo, Banfield no tuvo claridad esta noche, se repitió en centros y convirtió en figura al guardavallas visitante, Olivero, que se lució descolgando pelotas en lo alto.
Pese a todo hubo un remate de Chávez que bien pudo haberle dado el triunfo a Banfield (rebotó en un defensor visitante), pero la atención ya no se centraba en lo que pasaba en el campo de juego.
Las banderas de color verde y blanco, los gritos o cánticos que hacían referencia a Lanús o Quilmes y la ovación que invadió el estadio Florencio Sola cuando Carlos Maglio pitó el final fueron las instantáneas que decoraron una noche mágica para todo el pueblo banfileño.