En un partido amistoso disputado en el estadio Capwell de Guayaquil, las selecciones menores de Ecuador y Argentina protagonizaron un incidente que transgredió el ámbito deportivo. El encuentro, que finalizó con un marcador de 1 a 0 a favor de la selección local, tuvo como autor del único gol a Justin Lerma. Sin embargo, el resultado del partido pasó a un segundo plano debido a la escalada de violencia que ocurrió en el campo de juego.

El conflicto comenzó con empujones típicos de un partido, pero rápidamente se intensificó, llevando a los jugadores a intercambiar golpes. La situación se agravó cuando un colaborador del equipo ecuatoriano ingresó al terreno de juego con el propósito de agredir a los jugadores argentinos, lo que motivó la intervención de las fuerzas policiales para controlar el desorden.

Además, se observó a un jugador ecuatoriano utilizando un banderín de tiro de esquina como un objeto contundente, lo que evidenció la gravedad del incidente. Las autoridades presentes debieron actuar para separar a los futbolistas de ambos equipos y restaurar el orden en el estadio.

El encuentro se desarrolló en dos tiempos de 40 minutos, permitiendo tres ventanas para realizar cambios ilimitados, lo que facilitó a los entrenadores, incluido Diego Placente, de la selección argentina, la posibilidad de experimentar con distintas formaciones tácticas durante el partido.

Este amistoso se enmarca dentro de la preparación de ambas selecciones para el torneo Sudamericano, que se llevará a cabo en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia, a partir del 4 de octubre. Cabe destacar que este torneo fue pospuesto el año anterior y en esta edición participarán jugadores nacidos a partir del 1° de enero de 2008, lo que implica que la mayoría de ellos ya habrá cumplido los 16 años.