La FIFA designó al mexicano Marco Antonio Rodríguez como el árbitro de la semifinal que jugarán Brasil y Alemania el próximo martes en el Estadio Mineirao de Belo Horizonte en busca de un ticket a la final que se disputará en el mítico Maracaná.

 
El referí, quien también es un pastor evangélico, dirigió el polémico cruce entre Italia y Uruguay en el que los charrúas se impusieron por 1-0 y lograron la clasificación a octavos de final, dejando afuera al equipo europeo.

Por ende, Rodríguez fue quien no observó la mordida de Luis Suárez sobre la hombro de Giorgio Chiellini, acción por la que luego fue severamente sancionado, dejándolo afuera de nueve partidos internacionales y prohibiéndole jugar por cuatro meses.