España derrotó a la anfitriona Gran Bretaña por 79-78, pasando muchos más apuros de los previstos debido a la falta de concentración del equipo que rápidamente estableció diferencias en torno a los diez puntos pero que no acabó de romper el partido.

Gran Bretaña, que siempre creyó en si misma, forzó tiros en el último cuarto, los metió y a punto estuvo de dar un susto a la doble campeona continental.

Mucho más plácido fue el partido de Estados Unidos que volvió a tener un entrenamiento con público ante Nigeria, a la que derrotó por 156-73. Un festival anotador que supone un nuevo récord olímpico de anotación y la mayor diferencia lograda por el equipo estadounidense en unos Juegos Olímpicos.

Brasil y Rusia jugaron el mejor partido de la jornada, un encuentro jugado de poder a poder y que se llevó Rusia, 74-75, en el último segundo, triple incluido desde la esquina de Fridzon.

El partido puede tener la trascendencia del posicionamiento de cara a los cruces de cuartos de final, pero ambos equipos demostraron que son serios candidatos a luchar por la medalla con permiso de Estados Unidos, España y Francia.
Los franceses, por su parte, derrotaron a Lituania por 82-74 y siguen en los puestos de arriba del grupo, lo mismo que Australia que derrotó por veinte puntos de diferencia a China, 81-61.

Argentina ganó a Túnez por 92-69. Un resultado engañoso, ya que el primer cuarto lo ganó el equipo africano por 14-28. En ese momento crítico apareció la figura de Manu Ginóbili para liderar a sus compañeros hacia la victoria dando un recital de calidad, puntería y dominio del juego.

La ausencia de Prigioni, víctima de un cólico nefrítico, junto a la poca motivación inicial de los argentinos, ocasionó que tuvieran que trabajar de pleno para poder recuperarse y obtener la victoria, que les permite seguir contando con todas las opciones de cara a figurar en el podio olímpico.