Estudiantes se impuso 2 a 0, se subió a la punta y profundizó la crisis de San Lorenzo
El Pincha fue decididamente más en el primer tiempo y si bien sufrió en algún momento la corta diferencia, fue un justo vencedor. Pasquini, con un remate genial, y Pellegrini convirtieron los tantos.
Realidades claramente contrapuestas. Por un lado, uno de los mejores equipos del campeonato y por el otro uno de los peores, cuyo nivel parece aún más pobre en contraposición al buen plantel con el que cuenta. Estudiantes le ganó 2 a 0 a San Lorenzo en UNO y se subió a la punta del campeonato. San Lorenzo, en cambió, sumó su cuarta derrota consecutiva.
El local ejerció claramente el protagonismo en los primeros minutos. La tenencia no es un punto que preocupe particularmente al Pincha, pero igual la tuvo más, se apoderó del terreno y mediante pelotas largas con las que buscó saltear la mitad de la cancha, lo fue llevando a San Lorenzo contra su arco.
El Ciclón parecía predispuesto a refugiarse, cortar e intentar buscar la velocidad de Nicolás “Uvita” Fernández. Sin embargo, a partir de los pelotazos rivales, se paró cada vez más atrás y el arco rival le quedó muy lejos. De esa manera, el Pincha tomó confianza y empezó a jugar con fluidez por abajo.
A los 10, en la primera acción clara, Pasquini clavó un gol de antología. Es cierto, no había arquero, pero aún así la puso en un ángulo. Tras un córner, Sebastián Torrico despejó con los puños pero la pelota le cayó al ex Lanús que la empalmó de sobre piqué y la clavó.
El equipo de Ricardo Zielinski siempre estuvo más firme. Manejó el ritmo del juego y superó a su rival en casi todo momento. Luego del tanto tuvo al menos tres chances de aumentar la cuenta: un desborde de Manuel Castro con definición al primer palo, una buena acción colectiva que derivó en un remate de Jaime Ayoví qué pasó cerca y un mano a mano que Francisco Apaolaza definió apenas afuera.
El conjunto de Boedo sólo pudo incomodar a partir de pelotas paradas y de algún contraataque esporádico. No es habitual en una liga tan pareja como la argentina ver a un equipo ser tan dominado, especialmente con un resultado corto. Las goleadas doblegan, pero no es común ver tanta diferencia y tan poca reacción con una diferencia solo de un gol. La distancia en el juego realmente llamativa.
En el arranque de la segunda mitad no cambió la dinámica. Estudiantes movió la pelota a placer y San Lorenzo se dedicó a mirar y hacer una tibia sombra. A los 10, el local tuvo una clarísima para estirar la diferencia. Tocaron de izquierda a derecha con toda tranquilidad hasta que Ayoví asistió a Castro. Este remató y Torrico la desvió, pero el rebote le cayó a Juan Sánchez Miño que remató de primera y rompió el travesaño.
Cerca de los 20 minutos, el equipo de Paolo Montero tuvo su primer atisbo de reacción. Los ingresos de Nicolás Fernández Mercau, Ezequiel Cerutti y, especialmente, de Néstor Ortigoza mejoraron y adelantaron decididamente al equipo.
A los 25 minutos, en consecuencia tuvo su primera situación clara, que realmente pudo ser el empate. Tras una pelota si dueño que no pudo terminar de despejar Agustín Rogel, Alexis Sabella remató de primera y forzó una muy buena respuesta de Mariano Andújar.
Definitivamente esa acción significó un cambio al menos desde lo actitudinal de parte del Ciclón. Empezó a ganar las pelotas divididas o al menos a pelearlas mucho más y de esa manera, a adelantarse en la cancha. La perdió poco y en esos casos la recuperó rápido y si bien no tuvo llegadas claras, trató mediante centros y estuvo cerca, pero no le alcanzó. En el cuarto minuto de descuento, el Pincha sentenció la historia de contraataque. Tras un par de rechazos, Apaolaza corrió por la derecha y dio el pase justo hacia adentro para que Pellegrini la empuje sin dificultades.
El triunfo de Estudiantes fue decididamente justo por lo hecho en el total del partido, dado que incluso en su peor momento tuvo chances claras. A San Lorenzo no le alcanzó con una reacción destacable pero absolutamente insuficiente. En el primer tiempo tuvo una de las actuaciones más olvidables del último tiempo. Sobre lo hecho en los últimos 20 minutos del segundo debe pararse para intentar construir a futuro y que el panorama no sea tan desolador.