F1: ganó Max en un 1-2 cómodo de Red Bull, Alonso al podio, Leclerc abandonó
Ferrari, Aston Martin y Mercedes están en un pañuelo (Ferrari mejor en rendimiento, pero sin fiabilidad). La parrilla está mucho más pareja en 2023, y entregó un carrerón.
Red Bull estuvo en el GP de Bahréin a 0,75'' por vuelta del resto de la parrilla. Así de simple. Pero lo que habitualmente en la F1 (digamos, hasta 2019) sería sinónimo de carreras soporíferas no fue tal en el ripioso trazado de Bahréin, porque del tercer puesto para atrás parecía casi una carrera de Moto 3.
Filósofos y místicos ya lo han admitido un montón de veces: poco se puede decir sobre la perfección. El rendimiento del Red Bull como auto y del equipo austríaco gestionando la carrera fue tan sólido como la gestión de Verstappen y, en apenas menor medida, de Checo.
Lo de Ferrari es desolador. No solucionó sus problemas de desgaste del año pasado y ya gastó las dos baterías que Leclerc puede usar en las 23 carreras del año. Parecería que la que lo mancó en la Vuelta 41 no sirve más, o sea que ya recibirá sanciones por usar, al menos, una tercera batería (un elemento fundamental de la planta impulsora en estos tiempos: da el 25% de la potencia total).
Sin embargo, el árbol no debe tapar el bosque para Maranello: en rendimiento, a una vuelta estuvieron claramente adelante de sus rivales de este año (Aston y Mercedes), y en ritmo de Carrera, si miramos a Leclerc y cómo aguantó Sainz Jr a Hamilton hasta agotar sus gomas, está un poquito mejor que Mercedes y no mucho peor que Aston Martin.
Los dos pelotones que persiguen de lejos a Red Bull (el de Ferrari-Aston-Mercedes, y el de los demás) está mucho más junto que el año pasado, con diferencias de hasta 3,5% por momentos entre la Pole y el último de la parrilla. Este año, el GP de Bahréin mostró un gap nunca superior al 2,1% entre los dos extremos del campeonato. Así las cosas, las diferencias de dos o tres décimas entre un tipo de circuito y otro variarán muchísimo la parrilla... del tercer puesto para atrás.
Volviendo a la Carrera, el gran nombre del fin de semana fue Fernando Alonso, que volvió al podio (por nivel del auto, no por una carrera afortunada como pasó con Alpine) largando desde su (en la época de Ferrari) clásico quinto puesto, luchó en todo momento desde atrás con los dos briosos Mercedes y los fue domando décima a décima, llevándolos con su ritmo a un acelerado desgaste en cada stint y completando la tarea con una excelente gestión de equipo: la parada de Stroll, que hace 12 días fue operado de la muñeca y no estaba en plenitud, sirvió para liquidar a Russell; las gomas 4 vueltas más frescas de Alonso en el final fueron clave para mantener toda la agresividad necesaria.
Alonso utilizó ese plus para hacerle a Hamilton una de las tijeras más lindas de la historia de la F1 en la Vuelta 38, tras acosarlo desde la vuelta anterior. Y luego se le fue a la yugular a un Sainz Jr que venía con sus Duros en hilachas y con Ferrari ya a la defensiva tras el súbito abandono de Leclerc.
A los Mercedes en esta carrera les tocó perder (con Ferrari y con Aston), pero están a nivel para vencerlos en la siguiente oportunidad. Va a ser muy entretenida esta parte de la parrilla. Ham corrió una carrera seria, sin errores (sabe que si los comete, Russell se lo come como pasó el año pasado).
De todos modos, este no es el último juicio para determinar cómo está el nivel de cada auto de la parrilla. Habrá que esperar quizá hasta España (en la octava fecha) para tener una idea acabada. Pero repasando los antecedentes de cada equipo, parece difícil pensar en que alguien pueda recortarle este año a Red Bull la ventaja que ha sacado pasándose del techo presupuestario justo antes de que se congelase la mayor parte del reglamento.
Del resto de la parrilla, fantástico lo de Williams, en los puntos con Albon y con el debutante estadounidense, Sargeant, peleando cerca; han dado un grandísmo paso adelante. También excelente lo de Gasly, que remontó una pésima Qualy en su debut con Alpine y clavó un noveno puesto de Carrera. Completo contraste con su compañero de equipo, que clasificó noveno y luego se comió las sanciones más tontas del mundo hasta arruinar su carrera y abandonar.
Tsunoda, en medio de la oscuridad que anega a Alpha Tauri, se quedó undécimo, a las puertas de los puntos, con un coche que da poco. Y no se puede dejar de nombrar la sobria carrera de Valtteri Bottas, en fuerte contraste con su bigote. ¿Haas? Desaparecido en inacción. Y McLaren se ha convertido en Williams: el talentosísmo debutante australiano Oscar Piastri abandonó, y Lando Norris terminó último con dos vueltas perdidas.
El campeonato seguirá dentro de dos semanas en el vertiginoso circuito de Jeddah (la de Arabia, no la de Star Wars). En un circuito tan de velocidad punta, habrá que ver la lucha entre Honda-Ferrari-Mercedes, con cuatro equipos implicados en ello.