F1: victoria estrecha pero clara de Verstappen en el caos de Losail
McLaren estuvo a una décima de Max en ritmo de vuelta. Hamilton arruinó la carrera de Mercedes en uno de sus arrebatos de adolescente. Leclerc, solo y en tierra de nadie. Carrera ininteligible que mostró las consecuencias de la incoherencia reglamentaria de la FIA.
Difícil comentar el zafarrancho que fue el GP de Catar de F1, ganado incuestionable pero estrechamente por Max Verstappen, flamante tricampeón del mundo.
Y loor y gloria para el equipo técnico de McLaren, que arrancó con un auto incomprensible, casi el peor de la parrilla, pero desde España, y más evidentemente desde Austria, ha ido domando y mejorando el peor auto de la parrilla al inicio del año (peleándose con Alpine en ese momento) que se ha convertido en el final de la temporada en el segundo mejor auto de la parrilla.
Lo de Verstappen este año ha sido incuestionable. Sin los humitos y la arrogancia que le hicieron perder tantos puntos tontos antes de su primer título del mundo, Max ha manejado como nadie desde Schumacher (por lo menos) en la historia de la F1. El pésimo nivel de Checo Pérez este año para un piloto de su nivel oculta tanto como el deslumbrante rendimiento del tricampeón neerlandés el verdadero nivel del Red Bull; uno sospecha que si el Red Bull fuera manejado por los dos pilotos de Ferrari, por ejemplo (una pareja muy rápida pero llena de vaivenes y errores) el campeonato hubiera sido de órdago, nivel 2021 o incluso 2010 (en este último caso, con tres equipos y cuatro pilotos peleando el título hasta las últimas fechas, pese a lo aburridas que eran las carreras de ese año).
El GP de Catar fue desfigurado por las medidas ad hoc de la FIA para impedir un ridículo de los neumáticos Pirelli al nivel de sus primeros años (con gomas estallando en un auto tras otro en algún Silverstone de finales de la Era V8). La casa italiana se vio arrinconada en su elección de compuestos por un circuito de curvas de altísima velocidad (que demanda caucho más duro para que las traseras resistan un stint de manera digna) pero con una adherencia ínfima (por su superficie y por la arena que ensucia permanentemente la pista en esta región desértica). Tras los desastres vistos el viernes y el sábado (con pianitos casi tan filosos como hachas), la FIA obligó a los equipos a cambiar neumáticos al cabo de no más de 18 vueltas, lo que llevó la Carrera a tres paradas obligatorias para todos (Russell terminaría haciendo cuatro, forzado por el ataque de adolescencia de Hamilton).
Pero este desastre no es culpa de Pirelli, sino de la incoherencia de la FIA, que borró con el codo en seis meses el concepto técnico elaborado durante tres años por Ross Brawn y equipo en torno al efecto suelo: para eliminar el porpoising, elevaron 25 milímetros el piso mínimo desde Hungría y Bélgica 2022, con lo que el efecto suelo ya no tiene la gravitación que Brawn había pensado; así, ha crecido este año el peso de la microaerodinámica (el punto más fuerte históricamente de Red Bull), con lo cual exterminó este campeonato antes de empezar, pero, sobre todo, expuso a las gomas, diseñadas para autos de enorme peso pero con menor velocidad de paso por curvas a un nivel de presiones en curvas rápidas para el que no han sido diseñadas. Gracias a esta insensatez, y en el marco del límite presupuestario, que cercena la posibilidad de recortar distancias para los equipos que corren de atrás a Red Bull (a lo que hay que sumarle la hábil y estratégica vulneración del límite presupuestario por parte de los austríacos en el momento que mayor peso podía tener la ventaja lograda) no tendremos campeonato hasta 2026, salvo un milagro o una genialidad de ingeniería en algún equipo que no sea Red Bull.
El incidente de la Carrera ocurrió en la largada, cuando Hamilton, desesperado al ver que, pese a calzar gomas Blandas (casi todos iban con Medias, incluido su compañero de equipo) y a largar mejor, llegó a la Curva 1 detrás de Russell, que incluso amagaba con atacar por afuera al puntero Verstappen. Entonces Ham cometió uno de esos actos desatinados que le bajan varios puntos entre los más grandes pilotos de la historia (lista que integra con honores): primero bloqueó esa apertura de Russell, y después dobló cerrándose de manera intimidatoria para con su compañero de equipo, al que golpeó y obligó a parar en Boxes por primera vez; por una vez, Lewis fue el mayor perjudicado por su propio egoísmo y terminó fuera de Carrera.
Después no hay mucho más para comentar por el caos que volvió inteligible la competencia. A la exigencia de la FIA de parar tres veces se sumaron las incontables sanciones por salirse de pista (varios pilotos recibieron dos sanciones de cinco segundos, lo que implica una salida de pista cada diez vueltas: una locura que no se veía desde Austria, este año).
En ese contexto, Max hizo lo de siempre este año, ganar con todo bajo control (gracias a ello, fue el único piloto que no terminó destruido físicamente por el extenuante calor de Losail), y los McLaren aprovecharon su fantástico ritmo de las últimas fechas y la autoeliminación de los Mercedes para meter otro doble podio. Russell tenía tan buen auto que igual llegó cuarto.
Con Sainz Jr fuera de carrera antes de largar incluso, por una fuga de combustible, Leclerc volvió a sufrir una Ferrari 2023 con graves problemas en la parte trasera y quedó quinto en tierra de nadie. Atrás fue el caos, con un buen fin de semana de equipos como Alfa Romeo y Williams, los Alpine peleando con uñas y dientes para mezclarse en la zona de puntos y Alonso con grandes dificultades para mantener el auto en pista (sobre todo en sus vueltas con Duros).
Ahora se vienen cuatro carreras en América y el final en Abu Dhabi. Tras este fin de semana, ya está todo definido en los dos Mundiales, pero la lucha por el segundo puesto de Constructores se pone interesante, porque Mercedes está en su mejor nivel de los últimos dos años, McLaren parece la nueva referencia detrás de Red Bull y Ferrari, dependiendo de los circuitos, va a seguir dando pelea en la tabla de Constructores.