Lanús derrotó a Banfield de visitante por  2 a 0, con goles de Yhonatan Cabral en el primer tiempo, de cabeza y Franco Orozco en el segundo. Descontó Andrés Chávez faltando dos minutos.

Fue un partido a pura fricción, a pura protesta, jugado con dientes apretados y con algunas faltas descalificadoras. Un clásico del sur en síntesis. Si de fútbol hablamos, Banfield siempre fue mas fluído, se lo nota mejor equipo.

El Granate es mas mezquino, pero se paró bien, obstacaculizó y cuando pudo salió, a buscar generar lo que eivdentemente tiene mas ensayado: la pelota parada. En todas ganó Lanús, siempre por arriba, si algo le falto fue puntería, pero todas fueron excelentemente ejecutadas.

En esa lógica se desarrolló el juego y en la misma llegó la ventaja para el visitante, que en dos minutos de descuento de la primera etapa, de una pelota parada, y con cabezazo de Yhonatan Cabral, Lanús se fue al descanso en ventaja.

El segundo tiempo empezó con la misma tónica, pero con el Taladro mas adelantado y con el ingreso de un Bertolo que desequilibró permenentemente por su sector. Pero Banfield igual llegó poco, el arquero de Lanús, Monetti, no trabajó a destajo.

Mientras tanto, el visitante, hizo tiempo, ensució, irritó al rival, y los últimos 15 minutos, casi no se jugó al fútbol. Salvo porque a los 40, un derechazo de Franco Orozco, clavó el 2 a 0. 

Desesperado fue el Taladro y el histórico Chávez, recibió de espaldas en el parea, con el central pegadito, lo que le dio la posibilidad de girar y clavar el descuento. Un minuto después, otro desborde de Bertolo, un cabezazo de Chávez, que Monetti alcanzó a conjurar sobre la línea. 

Y ya en el descuento, un tiro libre de Banfield tirado al área, cabezazo en a quemarropa en la puerta del rectángulo pequeño y otra magistral reacción del arquero Granate para salvar la victoria. Cargó como loco el taladro, pero el intento de buen juego del local chocó contra la eficiencia de su clásico rival.