Si Brasil, EE.UU., Rusia y Polonia juegan al nivel de hoy, la lucha por las medallas será encarnizada y proporcionará muchas horas de voleibol de altísimo nivel para el deleite de los aficionados que hoy prácticamente no dejaron una silla vacía en el pabellón Earls Court.
De entre los candidatos al oro, Brasil quizá tuvo un estreno más fácil, ante un rival de poco relumbre como es Túnez y que no puso resistencia a los campeones olímpicos de 2004, que sellaron los tres sets con parciales muy holgados.

Este partido fue el número 400 del técnico Bernardo Rezende "Bernardinho" con la selección brasileña, desde su debut en abril de 2001.
En esos once años Brasil se asentó como la mayor potencia del voleibol y ganó el oro olímpico en Atenas, tres Mundiales y ocho Ligas Mundiales, entre otros títulos.

La victoria de Estados Unidos, también en el Grupo B, no fue tan fácil como la de Brasil, si bien tenía enfrente a una selección con muchos más galones como es la de Serbia.

En cualquier caso, los estadounidenses solo necesitaron de tres sets para superar al combinado eslavo con una brillante actuación ofensiva de Matthew Anderson y de Clayton Stanley.

El otro principal candidato de esta manga, Rusia, dio muestras de un proverbial poderío físico ante Alemania, la selección más floja del campeonato junto a Túnez.

Argentina tuvo un estreno que invita a soñar con una andadura prometedora de la selección dirigida por Javier Werd, una victoria en tres sets ante Australia, un rival que si bien es accesible, también puede poner en un aprieto al rival que tiene enfrente.

El argentino Facundo Conte, estrella del equipo, trató de calmar los ánimos y, después del partido, quiso desprenderse de cualquier rastro de favoritismo.

"Argentina no es ninguna potencia del voleibol", dijo, aunque confesó que el objetivo de conseguir una medalla olímpica está en su mente desde niño, desde que vio a su padre, Hugo Conte, traerse un bronce de Seúl en 1988.

No en vano los argentinos vivieron hoy una jornada emotiva por la visita de numerosos familiares al estadio londinense Earls Court y a los que fueron a abrazar en las gradas al término de su partido.

Polonia derrotó a Italia por 3-1 en el partido más equilibrado y emocionante de la jornada, en el que los transalpinos se adelantaron en el primer set, pero después sucumbieron ante la potencia de la actual campeona de la Liga Mundial.

La selección de Polonia estuvo arropada por una ensordecedora horda de polacos que convirtió el Earls Court en Varsovia y no paró de animar a los suyos un instante, ni de abuchear a los italianos cada vez que tocaban el balón.

En el otro partido de la jornada, Bulgaria no tuvo piedad de los británicos, selección anfitriona y debutante en la olimpiada, que perdió en tres sets, solo dando algo de trabajo en el último parcial.