La F1 goza de un reciente y premioso atractivo sobre los grandes fabricantes, por primera vez en más de una década, y así como puede considerarse lo de los Stroll en Aston Martin como un berretín insertado en un modelo de negocios aventurado deportivamente, el inminente desembarco del Grupo VolksWagen con Audi y quizá también con Porsche habla de un retorno masivo de las grandes marcas por primera vez desde la crisis de 2008-2009.