Suele ser un partido con pica, más allá de lo que haya en juego. En un duele que habitualmente es caliente, Suiza le ganó 3 a 2 a Serbia y se clasificó a los octavos de final del Mundial. En la próxima fase enfrentará a Portugal.

El conflicto que hace de este un encuentro especial no es realmente entre estos dos países. La cuestión pasa porque varios jugadores que representan al seleccionado suizo tienen ascendencia albanesa o kosovar. Esas dos nacionalidades sí mantienen un conflicto histórico con los serbios, que reclaman el territorio de Kosovo como propio. Esa puja histórica generó problemas, por ejemplo, en el partido que jugaron en el Mundial de Rusia 2018.