La ciudad paulista de Santos, en Brasil, parece un escenario de guerra: hay autos, colectivos y locales que quedaron reducidos a cenizas. Cientos de comercios tienen los vidrios rotos y las autoridades hablan de un “campo de batalla” en donde los hinchas del principal equipo local, el Santos Futbol Club, no soportaron descenso a la segunda categoría al caer por 2 a 1 ante el Fortaleza.